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La Laguna de El Taray

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Recuerdo, casi con nostalgia, aquellos relatos de cacerías que partían en las barcas con la amanecida.

 

Cuando aquellas florecillas blanquecinas jaspeaban el horizonte del solano, tintando la amanecida de un misterioso y neblineo halo que reverberaba sobre el trasluz de la laguna, se rebullían los cuerpos y adquirían las caras de los chiquillos ese color cetrino que alejaba de sus rostros las ojeras y los grises sopores del crudo invierno.

Los tamarindos, tamariscos, atarfes o tarajes… ¡Ah, no! ¡tarays!, ¡Qué en La Mancha son tarays y no se les conoce por todos esos nombres, más de la costa que de aquí, del terruño seco! Sí, es cierto que se crían justo ahí, junto con eneas, carrizos, juntos y masiegas, en el encaje del ejido con el secarral, en el sitio exacto en el que, escasas veces, el terreno saldiguero y árido se convierte en el bien más preciado por estos lares de Dios, el agua; y es ella, en estos hermosos saladares que alegran tan plano suelo, dando lugar a lagunas, la que alimenta los únicos árboles, por querer darles esa categoría, que no son sino arbustos, que ofrecen sombra en la canícula estival de estos pagos. Pocos, pero hermosos y agradecidos.

Sí, es cierto que se crían justo ahí, junto con eneas, carrizos, juncos y masiegas.

Decía, antes de intentar explicar que los cuatro árboles ramplones que adornan los linderos de los surcos de las vertederas de por aquí son los tarays, que era, precisamente, la eclosión de sus yemas en una especie de lirios blancos, la que anunciaba el final de las heladas y los tiempos de la risa, el recreo, las noches de ronda y los arrumacos tras la reja al amparo de las celosías.

Julianillo, el Titi, era un tirillas escacío con menos chichas que la pata un jilguero. Huérfano con padre y madre, aunque parezca un dislate, vivía, es un decir, en el silo la Retuerta con su abuela, la Tomasa, que hacía malabarismos, además de baleos y serijos de crineja, para darle un mendrugo al crío. Su madre, la Mariantonia, se largó con viento fresco cuando la pillaron las vecinas encamá en el gallinero con un gorrinero de Villafranca. Su padre, decían, era el gañán de la Jesusa, que, bien casado y con prole, nunca quiso saber nada de la criatura. Así empezó a crecer, entre burlas y mucha hambre, en la escuela de don Crespo, el Cabezapepino, que le breaba, a él y todo el que se arrimase por la estufa, con la palmeta de oliva, por hacer chanza de su apepinada testuz.

Para ser certero, tengo que reconocer, y recordar, que el tiempo no pasa en balde, que al pobre Julianillo le cascaba hasta el Chato, que, de tonto que era, no se le ocurría otra cosa que andar a todas horas corriendo al muchacho como un perro a un caramono. Nadie tenía, teníamos, las agallas suficientes para salir a defenderlo, sobre todo de aquellos quinquis de la pandilla de los Cadillos, una banda que, presumiendo de matones, eran los dueños y señores de todo lo que hubiera en derredor de sus garras, incluyendo cualquier bicho que se criara en aquel páramo salitroso y yesero al que llamábamos campo.

El Titi tenía ‘gracia’, y no es porque hiciese de reír, que de eso ni en pintura; tenía un don, que decían, para agradar a todo bicho viviente que se moviese por aquellos andurriales. Le seguían los perdigachos, le revolaban las codornices, se le posaban las alondras y las tórtolas, le ronroneaba la raposa, le jipiaba la liebre y los conejos de monte comían ballico de sus dedos. Y qué decir de los pájaros, verderones, colorines, jilgueros, gorriones, petirrojos, abejarucos, chorlitos y hasta cuquillos, tordos o mirlos, andaban, siempre que se daba una vuelta por la laguna, alrededor de aquel chichibaíla como si fuesen amigos de por vida. Además, contaban, le besaban en los morros lagartos y lagartijas y hasta alguna que otra víbora picuda se metió por los manguetones de su remendada camisola y apareció por los calcañares.

Nadie daba crédito a sus hazañas, pero bien que provocaba las cochinas envidias de cuantos presumían de conocer a los bichos. Sobre todo a la panda aquella de desgraciaos, que andaban siempre arramblando con todo lo que se moviese por el lugar. Utilizando las más arteras mañas y las más rateras artes, capturaban y torturaban a cualquier bicho viviente para después engullirlos tras asarlos con sarmientos. Tiradores, ballestas, lazos, liga, cepos, losas… cualquier armatoste, inventado o sin inventar, les era bueno para limpiar el campo de sus habituales moradores. Y no se conformaban con eso, en sus razias habituales de estraperlo, destrozaban nidos, enjaulaban cualquier pollo que se moviese, aun estando querencioso de su madre, taponaban las bocas conejeras o arreaban a los lebratos encamados esperando la leche de las rabonas. Y no te digo na si pillaban a una zorra… Por eso odiaban al Titi. Por eso y porque éste, amaestrado por el Flugencio, el guardacampo de la laguna, les jodía todas las trampas que se encontraba cuando retozaba, salvaje como un jabatillo, saltando de taray en taray. El Titi, además de mocoso, harapiento y muerto de hambre, era libre. Y eso no se lo perdonaba casi nadie. Por eso recibía más palos que una estera.

Un vergel repleto de especies volatineras entre las que destacaba, tiñendo de añil y esmeralda sus cristalina aguas, el ánade real, más conocido por azulón.

El Taray era coto privado. Desde antiguo sus lindes estaban vedadas para lugareños y foráneos ajenos al disfrute de su particular paraíso natural, un vergel repleto de especies volatineras entre las que destacaba, tiñendo de añil y esmeralda sus cristalina aguas, el ánade real, más conocido por azulón. Entre el verde de sus cogotes se mezclaban coloraos, porrones moñudos, ánsares, tarros, fochas, cormoranes, cercetas, cucharas, garcillas bolleras, cigüeñuelas… y hasta, en ocasiones, su espejo se rosaba con bandadas de flamencos. Recuerdo, casi con nostalgia, aquellos relatos de cacerías que partían en las barcas con la amanecida. Gentes importantes con vestiduras de gala, rodados de los ojeadores con sus harapos y sus sombreros de paja… Estampas doradas, sinfonías de colores plasmadas en el lienzo pardo de aquella tierra seca, marcada con los surcos arañados con los dedos de unos hombres recios como las cepas a las que arrancaban, con el sudor de su frente, la sangre de sus raíces, el vino áspero y agrio que aliviaba sus gaznates en la taberna…

Al Flugencio, el guardacampo de El Taray, el Titi le calló en gracia por su don… o por la suya. Por eso le permitía, en los crepúsculos cálidos de aire tibio de primavera, cuidar de los nidos y sus polluelos. Y allí andaba el tirillas, entre zapatitos, sangrecristas, gramas, correhuelas y las aún verdes barrillas, cuidando a los perdigachos para que las petirrojas no los aburriesen y se perdieran las polladas. ¡Y bien que lo hacia el so jodío!

Todo rulaba en condiciones hasta que el Magras, el cabecilla de los Cadillos, aquella especie de asno con cuello de buey y menos sesera que un grillo verde, se empeñó en aviar al Titi. Harto de que le estropiciara sus enredos y chanchullos levantándole las trampas, le preparó una encerrona con el resto de sus secuaces. Una tarde, cuando el chaval se afanaba en el cuidado de sus nidos, llegaron los filibusteros y arramblaron con los pollos despanzurrando los nidos. Al Titi, la sangre le dio un hervor y, sin medir las consecuencias, arremetió contra ellos con toda la furia de sus apenas veinte kilos. Se las dieron todas juntas. Aquellos diez o doce bestiajos, en pandilla, que es cuando más sube la valentía, no tuvieron compasión y, si no llega a ser por el Flugencio, que se olió la tostá y apareció de lo más que oportuno, el Titi va p’a Santana, camposanto de Santa Ana, a criar un par de malvas, que sus chichas no hubiesen dado para muchos floripondios.

Con paños calientes y algún chorrito de vino caldo remendaron su maltrecha figura entre la Tomasa y el Flugencio. Se rehizo al sol alimentado de rabia, no por la paliza, que encallecido estaba, sino añorando a su perdidos perdigones y compungido por el llanto de su madres. Con las tobas resecas por la ardentía estival el Titi ya campeaba por los cerros arrullando codornices.

Una tarde, de esas tardes manchegas en las que el aire requema el resuello, los Cadillos se refugiaban en su cueva del tesoro, un antro repleto de herrumbrosas jaulas con todo tipo de animalillos prisioneros. Sin mediar palabra y en pose chulesca, Julianillo se plantó en medio del aquelarre. Las fieras rugiendo se abalanzaron, otra vez, a por su presa, pero la figura imponente del Flugencio, ataviado con sus galas de autoridad, se recortó sobre la claridad del agujero de la covacha. Cuando retrocedieron, cobardes, a sus cubiles el Titi encaró al Magras y en menos que canta un gallo se enzarzó con él soltando a diestro y siniestro una buena sarta de hostias. Se le quitaron las ganas a aquel cabestro de volver a espanzurrar nidos. Y el resto… puso pies en polvorosa con su orgullo mal herido.

Nunca fue más feliz en su vida el Titi que aquella calurosa tarde de finales de una primavera tardía y polvorienta mientras otorgaba libertades a su perdigones.

Por Escopeta negra

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Presentación de las novedades de Solognac en ‘Finca Mochares’ (I)

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El equipo de caza de Solognac España: Curro, Aitor, Javier, Juan, Carlos y Adrián.

El pasado martes 9 de septiembre fue la fecha elegida por Decathlon España y su marca cinegética Solognac para presentar sus novedades a la prensa especializada de cara a esta incipiente temporada 2018-2019.

El marco elegido no podía ser mejor, Finca Mochares, en Nambroca, Toledo, y a las puertas de la misma capital castellano-manchega.

Los participantes eran recibidos con un espléndido desayuno-lunch en el pabellón de caza de la finca, que luce parte de los magníficos trofeos cazados por el director y propietario de Finca Mochares, Juan José López del Cerro, y por su padre.

Sin más dilación se pasó a la presentación, en las carpas perfectamente acondicionadas para tal propósito en el patio de la casa.

Tomó la palabra Carlos Aparicio, director comercial de caza para Decathlon España y que también representa a Solognac en nuestro país. En primer lugar agradeció a los asistentes su presencia y a todas aquellas personas o entidades que participaron en la organización de la presentación, en especial a Decathlon España, por su fuerte apuesta por la caza, y al equipo de caza de Decathlon España que le acompañaba: Curro, Aitor, Javier, Juan y Adrián; cazadores y expertos en cada una de las distintas modalidades de caza, y que colaboran con Carlos en la parte del lanzamiento de los productos, qué productos elegir, qué gamas elegir para España, ya que Solognac es una marca que trabaja para todo el mundo.

Después señaló que durante las presentaciones “vamos a hablar sobre la durabilidad de nuestros productos, de la vegetación, de las condiciones climáticas… Solognac es camuflaje, camuflaje, podemos decir aquí, facilitar el encuentro del cazador con el animal, aquí vamos a tratar mucho de colores, de ruido, de olor, de forma, de cómo vamos a trabajar este tipo de textiles para facilitar ese encuentro del cazador con el animal; y, por supuestísimo, y en pros, metemos la seguridad por encima de todo, la practica de la caza con seguridad, creemos que es algo donde tenemos bastante ventaja y un potencial muy grande, aquí tenemos que apoyar y concienciar a cazadores y a nuestros usuarios y clientes que la caza se debe practicar con seguridad para disfrutar de ella”.

Solognac es una marca sinónimo de resistencia, para satisfacer a los cazadores que practiquen cualquier modalidad, desde los que se inician hasta los más expertos, centrándose en la caza menor en llanura y bosque, en la caza de acuáticas y migratorias y en la caza mayor en batida y rececho, trabajando para ello todo tipo de productos: accesorios, calzado, textil, munición…

El equipo de diseñadores de Solognac basa su trabajo en escuchar y observar a los cazadores mientras que cazan, además los ingenieros de producto, modelistas y los ingenieros de pruebas sobre el terreno están especializados y son todos cazadores, por lo que los productos de la firma francesa son tremendamente prácticos, pensados y trabajados por cazadores para cazadores.

De la presentación que hizo el equipo de caza de Solognac nos ocuparemos en un próximo artículo para, por último, pasar la prueba de fuego, cazando en Finca Mochares con equipación y munición de la firma francesa perdices, faisanes y conejos.

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Plaga de conejos. Los problemas de las sociedades

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Fue allá por el mes de marzo del pasado año cuando la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha declaraba comarca de emergencia cinegética temporal por daños del conejo de monte en 231 municipios de las provincias castellanomanchegas. La emergencia sigue. Los daños, también. Y las sociedades de cazadores, hartas de tener que hacer frente a dichos daños, y a unos pagos desorbitados, amenazaron con dejar los cotos.

En septiembre de 2017 saltaba la voz de alarma. Unas decenas de sociedades de cazadores se conjuraban para analizar y empezar a exigir soluciones sobre un problema que ya venía de largo y que, lejos apaciguarse, se agravaba de forma alarmante y costosa para las sociedades, con la de la mayor de estar dispuestas a desagregar los cotos y plantar los papeles encima de la mesa de la Dirección General de Política Forestal.

El problema venía de lejos. Fue allá por marzo cuando dicha Dirección General –perteneciente a la Consejería de Agricultura de CLM– promulgaba la Resolución 034/03/2017, declarando ‘comarca de emergencia cinegética temporal’ por daños del conejo de monte, en 231 municipios de La Mancha y La Manchuela. Desde entonces hasta hoy, no se ha dejado de cazar y capturar conejos. Y lo que de por sí es una afición, la caza, se ha convertido en una obligación y un gasto continuado y excesivo –desplazamientos, cartuchos, hurones y demás– que afecta directamente a los bolsillos de los cazadores –agravado notablemente por la presión, acoso e, incluso, enfrentamientos con los agricultores– y que en el momento de tener que hacer frente al pago de daños, va a acabar con la ya de por sí paupérrima economía de las sociedades. ¡Hasta 150.000 euros pedían por daños en algunas!

El problema real

Como ya adelantábamos con anterioridad, cuando nos hicimos eco del problema –y lo vivimos in situ– la realidad es que en las actuales circunstancias el conejo es imposible de controlar, por parte de los cazadores. Las dichosas medidas de protección que afectan a un 23% del territorio castellanomanchego (zonas LIC y ZEPA, entre otras), sumado a la red viaria y al ferrocarril, en las que está prohibido cazar, salvo con permisos especiales, impiden que se pueda realizar un control eficaz de la especie que se reproduce, en dichas áreas, de forma exponencial, incluso en épocas de sequía. Pero, y ésta es una pregunta clave en el conflicto, ¿por qué tenemos que pagar los cazadores los daños en la agricultura en zonas que no nos dejan controlar? Alguien se lo debería comunicar de una vez a los agricultores…

Aunque no se llegó a declarar como plaga, como querían los agricultores, las densidades de conejo hacen estragos en la agricultura.

Por otro lado, las respuestas desde la Consejería dejaban mucho, o todo, que desear. El consejero de Medio Ambiente, Martínez Arroyo, a instancias de la Federación (y tras la reunión de las sociedades causa principal para que, ahora, todo el mundo se interese por los problemas del conejo), dio una respuesta de cátedra: recordó a los cazadores «que ahora se pueden cazar conejos durante todo el año en Castilla-La Mancha y que eso es algo que no había sucedido nunca en la región». A lo mejor había que enviarle a él a cazarlos todo el año…

Respecto a las ayudas solicitadas, el consejero afirmó que dentro del nuevo Plan de Desarrollo Rural se concederían ayudas para malla conejera. ¡’Excelente solución’ para atajar el problema! Por otra parte, la gestión de los permisos es para llorar. Primero se conceden, tarde, mal y a veces nunca, cuando los daños ya se han producido. Se conceden, en general, para capturar con capillo –cosa que, a estas alturas, y después de todo el año haciéndolo, nadie está dispuesto a realizar–, cuando son con escopeta no se permite cazar con perro y los permisos para hurones especifican un ‘bicho’ por cazador. ¡Qué nos expliquen quien es capaz de sacar a los conejos de las madrigueras con un sólo hurón!, y si lo hacen, sacan uno o dos conejos como máximo, ¡si así pretenden controlar una plaga, van listos…!

Al respecto de las capturas con capillo, el pasado verano se realizaron multitud de ellas; como al final nadie quiere comprar conejo vivo, con sus correspondientes controles sanitarios, claro, unos cuantos miles murieron enjaulados a causa del calor…

Una o… ninguna solución

La Federación de Caza de Castilla-La Mancha, a instancias del revuelo montado por las sociedades, se movilizó convocando distintas reuniones, con el fin de aunar a las sociedades afectadas y colaborar con los representantes de los agricultores. En uno de estos actos, básicamente son representantes federativos y sin representantes de la Administración, las disertaciones que se realizaron a nivel técnico, centradas tanto del problema de la plaga como de la situación legal a la que nos enfrentamos los cazadores, estuvieron acertadas, a nivel informativo –concluyendo que hay que realizar previsiones a largo plazo, porque el problema no es de ahora y será más grave en el futuro–, pero no convencieron tanto a unos como a otros, como se pudo ver posteriormente en el turno de preguntas en la que los agricultores culparon a las sociedades del problema, por no cazar (que ya tiene gracia la cosa), mientras que la respuesta generalizada de los cazadores fue que el problema de la plaga es social y que nosotros somos parte de la solución, pero que no podemos seguir soportando los costos de un problema que es ajeno a la caza y que, además, en la mayoría de los casos no podemos controlar por las razones expuestas anteriormente.

Distintas formas de ‘buscarse la vida’ para proteger los cultivos.

La situación, incluso, se puso tensa en algunos por la acuciante situación que se está viviendo, y se reclamó la presencia de alguien de la Administración, Dirección General o Consejería (que todos pensaban que iba a estar en este debate), exigiendo soluciones inmediatas para el problema, ya que, de no haberlas, se amenazó con la desagregación de los cotos y dejar de cazar los conejos.

Así está el campo

Lo primero fue comprobar la situación de la plaga. Al atardecer nos situamos cerca de una zona protegida, ZEPA, cerca de un río y tomamos algunas de las fotografías de este reportaje. Y, como una imagen vale más que mil palabras, comprobamos que los conejos, por cientos, campan a sus anchas.

También comprobamos los daños, sobre todo en las cepas, en las que han pelado hasta los sarmientos, así como las formas con las que intentan los agricultores proteger sus cultivos, sobre todo viñas y olivos.

Lo cierto es que la situación del campo es (era, cuando hicimos el reportaje) angustiosa, no hay ni una brizna de hierba, por lo que los animales tienen que comer lo que pueden y donde pueden. Como caso insólito decir que se han comido los juncos y cañas del río que, como el propio cauce, están completamente secos.

Lo cierto es que nadie colabora, se aran, lindes, cunetas, ribazos, todo… y los animales tiene buscarse el sustento donde pueden…

Eso sí, no deja de ser cierto, como también comprobamos, que las áreas cultivadas se han ‘comido’, se han arado, absolutamente todas las lindes, entre los distintos cultivos, y no dejan las distancias obligatorias en las lindes y cunetas de los caminos y las veredas, por lo que también es imposible que en ellas crezca cualquier tipo de vegetación que ayude un mínimo a la alimentación y a la protección de los animales, ¡no nos extraña nada que se alimenten con lo único que queda a su alcance! ¡Y luego se quejan!

Ayudando a ‘gestionar’ la plaga

A las siete y media estábamos dándole al café y los churros. A las ocho y media ‘en el corte’, como Dios manda. Con el sol por el levante –pilló el cambio de hora– montamos las escopetas (ver cuadro adjunto) y arrancamos por la Cañada Real Soriana (la oriental) en dirección a Paúles. La intención era dar una vuelta con los perros hasta que los conejos, al primer disparo, se metieran a las bocas y, después, ‘bichear’. ¡Sorpresa! ¡La plaga de conejos, que vimos la tarde antes, había desaparecido! Pateamos espartales, nos metimos en juncos y cañas, atravesamos barbechos y rastrojos, llenos de barrillas y grama seca, y los conejos brillando por su ausencia. Tan sólo un lance que dar cuenta y echarse al morral, y otro, de los que salen ‘a cascaporro’, fallado en buena lid con el conejo por el autor de estas líneas (que se quedó con la boca abierta).

Nos dimos media vuelta, recogimos bártulos y ¡a otra cosa mariposa!

Llegamos a los vivares en el secarral de La Zarza, a la altura Los Jarales. Es curioso ver como las bocas están en un terreno completamente llano, sin cerros ni majanos de piedras, naturales, ni desniveles, ni terraplenes… hasta es difícil verlas en medio de los tomillares o espartales. En el primer juego de huras metimos los ‘bichos’, reglamentarios, por supuesto. Tras hacerse de rogar, saltaron cuatro ‘caramonos’, siempre en dirección al río, su protección natural. Son astutos y, como saben lo que les espera, nos la jugaron y tres de ellos se fueron a criar… Nos dejaron con cara bobos, ¡así no resolvemos la plaga! Al llegar al segundo ya se había disipado la niebla alta mañanera y picaba el sol como en verano, ¡parecía la media veda! ¡Qué calor…!

Tardaron en salir, el vivar era relativamente grande y los hurones escasos…, pero los fueron echando uno a uno hasta un total de 24 conejos! ¡Increíble, los ojos como platos de ver salir tantos! Y fuimos dando cuenta de ellos (las escopetas perfectas y los ‘indios’ esta vez no fallamos) hasta que salieron ‘los bichos con cara de haber hecho un buen trabajo’. Y lo hicieron. Vean la prueba más abajo.

En plena faena de control…

Como nuestra contribución a mitigar la plaga estaba hecha y teníamos las imágenes que queríamos para mostrárselas –y por el maldito calor que hacía–, recogimos velas y nos fuimos al ‘lugar’ (al pueblo, que ‘lugar’ le llamaban nuestros ancestros), ¡a tomar una cerveza…!

Si se mantuvo la media, que se mantiene, el tercer domingo de temporada, en la sociedad que cazamos, se abatieron unos ¡mil conejos! Y la plaga sigue…

El resultado… en un rato.

Eso sí, fue llegar al bar y pedirnos las cervezas, y ya estaba el primero de los agricultores asaltando al presidente de la sociedad, que fue con quien cazamos, exigiendo que volviéramos a sus olivas a quitar más conejos, que se las están comiendo… ¡Anda ya! CyS

B725 Hunter Uk Premium II, del 20 y A5 One del 12

Nuestros amigos de Aguirre y Cía. nos cedieron dos escopetas para realizar este reportaje y probarlas frente a la plaga de conejos, vean los detalles:

La B725 Hunter UK Premium II calibre 20 está basada, como toda la gama de superpuestas B725, en la legendaria B25, pero con tantas innovaciones que la convierten en una de las mejores superpuestas del mercado.

Hay que destacar muchas de estas innovaciones en ella –además de sus cañones Back Bored Vector Pro pavonados–, su nueva culata decorada con una empuñadura de pistolet redondeada y acabada el aceite, sus preciosos grabados de perdices, y sus chokes Invector DS.

Su comportamiento cazando es excepcional. Destaca su ligereza y manejo, su facilidad de encare y su escaso, casi nulo retroceso, que evita el desencare y permite realizar el segundo disparo en perfectas condiciones. ¡Y, además, en calibre 20!

La semiautomática A5 One es otra de las delicias de Browning. Su línea nos recuerda que es la heredera de la mítica Humpback, que tan buenos lances proporcionó a nuestros abuelos.

Eso sí, son tantas sus innovaciones que la convierten en la semiautomática perfecta, con el nuevo mecanismo de inercia Kinematic Drive System, el motor de la escopeta, los nuevos chokes Invector DS montados en los nuevos cañones cromados con sistema Back Bored Vector Pro, la cantonera Inflex II, y el sistema de carga y descarga Express Speed Load Plus System.

Sus maderas son del grado 1 acabadas al aceite.

Al igual que con ‘su rival’ superpuesta, es una delicia cazar con ella. Su poco peso, para el descanso de los brazos, su encare, gracias a la báscula más baja, y su casi nulo retroceso, la convierten en la compañera ideal para dar buena cuenta de una plaga…

Texto y fotos: Redacción

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Aragón lanza una aplicación para combatir los daños causados por las plagas de conejos

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La Federación de Cooperativas Agro-Alimentarias de Aragón (FACA) está a punto de poner en marcha un mapeo de los daños que provocan las poblaciones de conejo en los cultivos de la Comunidad. El proyecto está basado en una aplicación móvil -con localización GPS- a la que tendrán acceso los técnicos de la agrupación, con objeto de que evalúen los datos e imágenes captadas y elaboren un posterior informe.

Esta herramienta se comenzó a gestar a finales de 2016, a raíz de las múltiples quejas de los agricultores por las plagas que les afectaban. Inicialmente, la FACA realizó un estudio que englobaba 27 municipios aragoneses, llegando a la conclusión de que alrededor del 20% de la superficie total cultivada padecía daños.

 

Hasta hace unos años, el control poblacional de las especies cinegéticas se hacía a través de la gestión de los cotos de caza, pero últimamente la reducción de la actividad en determinadas zonas, sumada a otros factores como el aumento de alimento por cultivos, ha permitido la proliferación desproporcionada de animales como el jabalí, el corzo o el conejo.

115 municipios afectados

Actualmente, según recoge el borrador del Plan General de Caza 2018-2019,hay 115 localidades aragonesas afectadas por superpoblación de conejo. Ocho de ellas se encuentran en la provincia de Teruel, 38 en Huesca y 69 en Zaragoza, que acaba de incorporar a Utebo y La Puebla de Alfindén como espacios damnificados.

Como medida frente a las plagas, la próxima temporada de caza se permitirá utilizar la cetrería para el control de dicha especie en las inmediaciones de los vivares -popularmente conocidos como cados o madrigueras- durante todo el año, tanto en terrenos cinegéticos como en los no cinegéticos.

Fuente: heraldo.es

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Fernando del Campo y Lidia Pérez, campeones de España de caza menor con perro

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El pasado sábado, día 8, se celebró en La Roda, Albacete, el L Campeonato de España de Caza Menor con Perro masculino y el VI Campeonato de España de Caza Menor con Perro femenino.
Los campeonatos han sido organizados por la Real Federación Española de Caza (RFEC) en colaboración con la Federación de Caza de Castilla-La Mancha (FCCM) y la Sociedad de Cazadores La Rodense.

El sorteo de jueces y presentación del Campeonato 2018 se realizó la tarde anterior, junto al homenaje a todos los campeones de España de esta modalidad, desde el año 1968.

“En el momento de la salida, la temperatura era muy fría, con algo de niebla, que fue levantando con el día”.

El escenario de los campeonatos (se celebraron ambos a la vez) fue un gran coto, con mucha densidad de perdiz y algo menos de conejo, con un terreno llano típico de La Mancha. En el momento de la salida, la temperatura era muy fría, con algo de niebla, que fue levantando con el día, quedando finalmente una jornada muy soleada.

Hubo 20 participantes en hombres y 20 en mujeres. Se estableció un cupo de cinco perdices y seis conejos.

Julián Larrea, primer campeón de España en 1968, efectuó el disparo de salida a las 9:00 horas, con la misma escopeta que utilizó en ese primer campeonato.

Fernando del Campo a su llegada.

A los pocos minutos de la salida, concretamente a las 9:23 horas, Rubén Fernández, de La Rioja, abatió la primera perdiz. Por su parte, la cántabra Amelia Sevilla, también con una perdiz, fue la primera mujer en abatir una pieza.

Fernando del Campo, de la Comunidad de Madrid, ganó el campeonato (su segundo campeonato de España) gracias a la perdiz que cobró su perro, al completar su cupo de perdices y conejos, recorriendo un total de 36 kilómetros. Llegó al control a las 14:31 horas.

El segundo clasificado, Rubén Fernández, llegó el primero al control a las 12:21 horas, con los cupos de perdiz y conejo completos, más un conejo a diente, lo que le situó como favorito casi hasta el último momento.

La joven Lidia Pérez se impuso en mujeres.

La ganadora de la final femenina, Lidia Pérez, de Castilla y León, tiene 16 años, y se alzó con el campeonato al llegar a control a las 14:20 horas, sólo un minuto antes que la segunda, Leire Egaña, del País Vasco.

Las tres mujeres ganadoras empataron a puntos, con dos perdices, siendo el tiempo de llegada a control el que estableció la clasificación final.

La primera mujer en llegar al control, a las 13:29 horas, fue la canaria Noemí Herrera con dos perdices, una de ellas cobrada por el perro.

CLASIFICACIONES

L Campeonato de España de Caza Menor con Perro. Masculino

Primero: Fernando del Campo Sierra, de Madrid, con 4.575 puntos. Juez: Héctor Maté Muñoz.

Segundo: Rubén Fernández Martínez, de La Rioja, con 4.475 puntos.

Tercero: José Manuel Cobo Fuente, de Cantabria, con 3.250 puntos.

VI Campeonato de España de Caza Menor con Perro. Femenino

Primera: Lidia Pérez García, de Castilla y León, con 1.100 puntos. Juez: Francisco V. Romero.

Segunda: Leire Egaña Bastida, del País Vasco, con 1.100 puntos.

Tercera: María Dolores Abellán Navarro, de Castilla-La Mancha, con 1.100 puntos.

GALERÍA FOTOGRÁFICA

Haz click para ver el pase de diapositivas.

 

 

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Copa de Campeones de España de Caza Menor con Perro: ¡ganaron todos!

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Se guardó un minuto de silencio por los ganadores del Campeonato fallecidos.

El campeonato se presentó el viernes día 7, en La Roda, y se aprovechó la ocasión para homenajear a los 29 campeones de España allí presentes, que recibieron un merecido reconocimiento a su trayectoria deportiva. Un homenaje más que merecido.

Merecidísimo homenaje a los campeones.
Cesáreo Martín y Leonardo de la Fuente también fueron galardonados.

Y hablando de campeones, también se reconoció la labor desarrollada en los últimos años en los Campeonatos de dos clásicos de las ‘ondas cinegéticas’: Cesáreo Martín (Lances de Radio de Club de Caza) y Leonardo de la Fuente (A Tenazón de Radio Marca).

La prueba se celebró para conmemorar el 50º aniversario de esta modalidad y, como ya hemos comentado, como homenaje a todos los campeones.

Sorteo de dorsales el día anterior.

Al igual que el Campeonato de España de Caza Menor con Perro –celebrado el día anterior–, La Roda fue el escenario elegido para el desarrollo de esta Copa de Campeones el pasado 9 de diciembre. Fue organizada por la Real Federación Española de Caza (RFEC) en colaboración con la Federación de Caza de Castilla-La Mancha (FCCM) y la Sociedad de Cazadores La Rodense.

El día, similar al anterior, frío aunque sin niebla mañanera.

Un mito de este Campeonato, un cazador mítico, Ismael Tragacete, con su juez, Mikel Torné.

Fueron 26 participantes, entre ellos, cinco mujeres, ya que la extremeña Ana María Verdasco tiene en su haber dos campeonatos.

La Copa se celebró en el mismo acotado que el Campeonato de España, pero en una zona que no se había cazado. El cupo fue de cinco perdices y seis conejos.

Antes de la salida se guardó un minuto de silencio por los campeones fallecidos. El escopetazo de salida lo dio el presidente de la RFEC, Ángel López Maraver, a las 9:00 horas, el cierre del control se estableció a las 14:00.

Sobre las diez de la mañana, Javier Fernández, de La Rioja, cazó la primera pieza, una perdiz.

Vicente Silvestre, Ana María Verdasco, Marcos Nevado y Fernando del Campo.

Tras no poca brega, al final se impuso en hombres el extremeño Marcos Nevado que llegó al control a las 13:47, con 2.900 puntos, mientras que Vicente Silvestre quedó el segundo con 2.550, y el que fuera campeón el día anterior, Fernando del Campo, quedó en tercer lugar con 2.475 puntos.

En mujeres, al haber sólo cinco participantes, se galardonó únicamente a la campeona, que fue Ana María Verdasco, que entró en el control a las 13:15 con cuatro perdices y un conejo cazados y, por tanto, con 2.550 puntos.

Aunque, en buena lid, con esta excelente iniciativa se puede considerar que ganaron todos.

CLASIFICACIONES

Copa de Campeones de España de Caza Menor con Perro. Masculino

Primero: Daniel Marcos, de Extremadura, con 2.900 puntos. Juez: Javier Sánchez.

Segundo: Vicente Silvestre Ramos, de la Comunidad Valenciana, con 2.550 puntos. Juez: Ángel González Ruiz.

Tercero: Fernando del Campo Sierra, de la Comunidad de Madrid, con 2.475 puntos. Juez: Vicente Silvestre Mínguez.

Copa de Campeones de España de Caza Menor con Perro. Femenino

Campeona: Ana María Verdasco, de Extremadura, con 2.550 puntos. Juez: Ignacio Pliego.

GALERÍA FOTOGRÁFICA

Haz click para ver el pase de diapositivas.

VÍDEO CONMEMORATIVO

 

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La España que vive de la caza: Las Ventas con Peña Aguilera

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Un poco más al sur, Las Ventas con Peña Aguilera se extiende a los pies del Cerro del Águila, cuyo berrocal granítico parece el lugar ideal para que Don Quijote haga una de sus penitencias de enamorado, dando tumbas de medio abajo desnudo y de medio arriba vestido. En el altozano, rodeados de piedras caballeras que hacen equilibrios inverosímiles, hay una ermita y un molino de viento, y surge la tentación de dejar que la mirada se pierda hacia un paisaje extenso de serranías y cotos sobrevolados por buitres y milanos, de núcleos rurales acostados bajo las lomas en la frontera entre las provincias de Toledo y Ciudad Real, de pueblos cuyo vaho se cristaliza de puro frío en este mes de enero. El decorado de la España que vive de la caza. La España casposa, según el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, uno de los miembros del Gobierno que ha mostrado en los últimos tiempos su animadversión a la actividad cinegética. La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, directamente la prohibiría.

Todos se conocen

En la entrada a Las Ventas con Peña Aguilera abundan las empresas de cantería (se dice que de aquí se sacaron las piedras para la catedral y el alcázar de Toledo) y de marroquinería, algunas de estas fundadas por viejos guarnicioneros que pasaron de los correajes de las caballerías a fundas de armas y zurrones para los cazadores. Artesanos de la piel, pues, y también mayorales de rehalas, guardas de cotos, muleros, veterinarios, taxidermistas, carniceros, hosteleros, jornaleros eventuales… Aquí una mano lava la otra, y las dos lavan la cara, y es posible hacer una auténtica «foto de familia» cinegética. Todos se conocen. Hasta los guardas conocen a los furtivos. «La caza forma parte de la cultura y de la tradición de nuestro pueblo, y es un motor de desarrollo económico y social, porque ayuda a fijar la población en una zona desfavorecida», comenta Azucena Carrobles, concejala de Cultura. Si no fuera por esta actividad, la comarca pasaría a engrosar la España vacía que describió el escritor Sergio del Molino, marginada, orillada, fantasmal, semioculta junto a carreteras secundarias y «donde hacer cada recado significa un dolor». La cuestión tiene casi una vertiente antropológica, como apunta Esteban Ruiz, el veterinario de esta localidad: «Parece que queremos eliminar al hombre rural y crear un individuo nuevo, único, que habite solo en las ciudades».

«Es fácil criticar nuestra forma de vida si eres un funcionario urbanita o vives de una subvención», opina Juan Caballero, presidente de la Asociación de Titulares de Cotos, Cazadores y Actividades Afines al Sector Cinegético de Castilla-La Mancha. «Los políticos no van a prohibir la caza. La estrategia es más sibilina. Se trata de ir poniendo trabas poco a poco, por ejemplo exagerando sobre las enfermedades de los jabalíes o desprestigiando y dividiendo el sector, concediendo ayudas a unas asociaciones y negándoselas a otras, acabando con la caza social sostenible cuya ética pasaba de padres a hijos». Según Atica Castilla-La Mancha, el número de licencias en esta comunidad autónoma era de 106.406 en 2016, último año del que se tienen cifras oficiales, solo por detrás de Andalucía y de Castilla y León. En 2018 no se superaban las cien mil; la obligación –reciente– de aprobar un exigente examen ha dejado fuera a muchos candidatos. Hay un total de 5.823 cotos en la región (1.328 en Toledo) que cubren casi siete millones de hectáreas.

Ladridos a coro

Una algarabía ensordecedora acaba por despertar hasta el último habitante de Las Ventas con Peña Aguilera. Las pulsaciones se les han disparado a 120 canes tras observar que el vehículo se ha detenido junto a la cancela de las perreras. Hay podencos, dogos, alanos, mestizos (podenco y mastín). Ladran como si no hubiera mañana. Juan Manuel Rodríguez, el propietario de la rehala, sonríe. «Creen que hoy toca marcha». Pero no. Solo son vísperas. La veda está abierta desde el Pilar hasta la tercera semana de febrero, y las monterías suelen organizarse de viernes a domingos, aunque algún jueves también sea día hábil. Pero en la previa hay trabajo que hacer. Sacar a los animales a un «patio de recreo» para que se desfoguen, limpiar las jaulas, decidir qué grupos van a participar en la cacería… De 16 a 24 perros forman una rehala, que está supervisada por un perrero. Se paga 250 euros por cada una. Dependiendo de la mancha de la montería puede haber hasta 40 rehalas y más de 500 perros. Algunos, los más jóvenes –a los ocho meses se les da la alternativa– y los que tienden a dispersarse llevan un collar con GPS. «Es un trabajo muy sacrificado», confiesa Juan Manuel. Hay que estar pendiente del pienso, la vacunación, la desparasitación, hacer un curso de transporte de animales vivos… «Y los rehaleros somos el blanco de las iras preferido de los animalistas. Nos odian. Hace unos días, un coche paró junto al mío cuando llevaba un remolque con perros. Un tipo bajó la ventanilla y me llamó hijo de puta asesino».

En noviembre pasado el vídeo de un lance de caza que acabó en desastre se hizo viral en las redes sociales, alimentando la indignación contra este colectivo. En las imágenes se ve cómo una jauría de perros ataca a un ciervo al borde de un barranco. El cazador los azuza para que no dejen escapar a su presa, y tanto el venado como una docena de canes acaban despeñándose. El vídeo pone los pelos de punta. Juan Manuel Rodríguez no trata de justificar lo ocurrido. «En la caza hay errores, accidentes y malas prácticas también, como en cualquier actividad de la vida. Y cosas como esa no pueden suceder».

Caza mayor

En los Montes de Toledo hay muchas fincas cuyos dueños son grandes empresarios y banqueros, terrenos dedicados a la caza mayor –ciervo, jabalí, muflón, gamo, corzo– que organizan los eventos de forma privada o alquilan la propiedad a orgánicas monteras (empresas que se encargan de la gestión). El coto de los Quintos de Mora, en el término municipal de Los Yébenes, pertenece al Estado y ha adquirido cierta relevancia pública por los encuentros políticos que han tenido lugar allí en los últimos años (a principios de este siglo se lo llamó «el rancho de Aznar» y en agosto de 2018 Pedro Sánchez lo eligió como lugar de retiro y reunión del Consejo de Ministros). Durante las primeras semanas del otoño, su raña central –rodeada de bosques de rebollo, quejigo y encina– se llena de desafíos en una berrea que puede ser contemplada por el común de los mortales desde los caminos públicos que serpentean en las soledades del coto. Pero un velo de discreción cae sobre estas fincas, cuyos propietarios son refractarios a salir en la prensa para hablar de la caza.

Alberto García, el guardés de una de ellas, suele tener los días muy ocupados vigilando, revisando las alambreras, supervisando los animales defectuosos y enfermos –con los que se hacen descastes para evitar que haya una epidemia– y espantando a los furtivos. «El furtivismo lo marca el precio de la carne», señala. «Si está alto, hay más posibilidades de tener un mal encuentro. Te intentan evitar, naturalmente, así que cuanto más visible seas, mejor. Cuando los descubres, les das la voz. A veces disparan un tiro de advertencia antes de echar a correr. ¡Claro que los tengo fichados! Son de todos los pueblos de la comarca».

Inspección de las piezas

Cuando las escopetas y las jaurías callan, otra parte de la cadena humana que forma parte de la caza entra en acción. Los que han pagado por un puesto –2.000 euros de precio medio, se puede llegar a los 10.000; el gasto de organización de una montería alcanza los 50.000 euros– ya piensan en los panes preñaos, las migas y los judiones que les puede servir in situ desde un restaurante de la zona hasta un servicio de catering, y en las batallitas que contar con la boca llena. Las piezas cobradas, transportadas por muleros –todavía existen, y con sus mulas, a pesar de los todoterrenos pickup y los tractores– se depositan en el punto de visceración e inspección, donde es preceptivo que haya agua caliente, techado, buena iluminación y un suelo de hormigón.

Hasta allí se desplaza Rodrigo del Castillo, responsable de Vencaza, empresa especializada en la compra, recogida, venta y distribución de carne de caza mayor, sobre todo ciervo y jabalí, para seleccionar las mejores piezas, a las que les quita las vísceras como paso previo al transporte hasta sus instalaciones en Las Ventas con Peña Aguilera, donde se realiza el despiece y envasado de la carne. «La clave es ir directamente a las monterías. Eso nos permite controlar todo el proceso desde el campo al punto de venta». Su lista de clientes está compuesta por carnicerías, mayoristas, restaurantes y colectivos gastronómicos, y exporta al extranjero. Casto Romero, teniente de alcalde la localidad, aporta un dato: «Se trata de carne ecológica, de animales que no se alimentan con pienso. Un 80% de la producción de la comarca llega a Francia, Alemania, Holanda y Dinamarca, entre otros países».

Carne y piel

En ese punto de inspección, Rodrigo del Castillo trabaja codo con codo con el veterinario, Esteban Ruiz, encargado de unos controles sanitarios que deben ser rigurosísimos. «Hay alteraciones que se ven a simple vista. Las partes mordidas por los perros se descartan. De los jabalíes siempre hay que recoger una muestra para analizarla por el riesgo de triquinosis». En su clínica hay cinco veterinarios que tienen tarea en toda la región, y no solo gracias al sector cinegético, pues aquí se da el vacuno extensivo (15.000 cabezas), el ovino y el caprino (30.000).

Santos Cid es otro eslabón de esta cadena. Su empresa, Jumansa, recoge las pieles de los ciervos, 300.000 al año, y también los huesos. «Salamos las pieles para su conservación –dice– y las vendemos a talleres de curtido y marroquinería, aunque una gran cantidad se exportan a China, donde las utilizan para fabricar colágeno».

Abel Gutiérrez nació en 1928. Padecía poliomielitis en un pueblo que, entonces, vivía sobre todo de las canteras. Su enfermedad no le permitía tirar por ese camino, así que su madre lo envió a Toledo para que aprendiera el oficio de guarnicionero. Cuando volvió a Las Ventas con Peña Aguilera decidió dedicarse al negocio del cuero, al principio no relacionado con la caza, pero los clientes le animaban, Abel, nos tienes que hacer las fundas de las armas, las cananas y los morrales, y el boca a boca le dio el último empujón.

«Así empezó todo», cuenta Juani, su hija, que ha cogido el relevo y regenta el taller y la tienda de artesanía de la piel con el nombre del fundador. Allí trabajan seis personas, y otras tantas enfrente, en el negocio de su primo, en la firma Ángel Serrano. «No me preocupan los cazadores, con la gente del campo seguimos teniendo mucho contacto, sino la clientela común, la clase media que se ha visto afectada por la crisis y, antes, cuando pasaba por el pueblo para hacer turismo rural, para visitar espacios naturales como Cabañeros, se detenía a comprar un bolso, un cinturón, una cartera», se queja Juani, que ha buscado nuevos caladeros en Toledo capital abriendo tres establecimientos. Javier Gutiérrez, también empresario de la piel (su compañía, Alfajami, funciona desde 1990, aunque algunos de sus artesanos llevan trabajando desde principios de la década de 1970), recuerda cómo en los orígenes el 90 por 100 de sus artículos estaban relacionados con la caza. Ahora los bolsos de señora se llevan la mayor parte de una producción que también viaja al extranjero.

Ojos de cristal

Gregorio Medina es otro personaje esencial en esta historia. Puede que el más buscado por los coleccionistas de trofeos que participan en las monterías, aunque su negocio no se circunscribe a los Montes de Toledo. Junto con sus hermanos Jesús y Ramón y cinco empleados lleva adelante la Taxidermia Medina, que fundó su padre en los años 50 del pasado siglo. «Cuando acaba la montería nos llevamos las cabezas al taller, donde se desuellan, se cuecen y se quedan limpias. La piel hay que salarla y curtirla antes de ser montada en los moldes de poliuretano. ¡Todavía hay gente que pregunta si los ojos del animal son los suyos propios!», dice mientras muestra un blíster con ojos de cristal fabricados en Alemania. «Son los de mayor calidad», añade su hermano Jesús. Un frontal de ciervo lleva tres horas de trabajo y cuesta unos 500 euros. Realizan 1.500 piezas al año, y un tercio las exportan a clientes rusos, franceses, alemanes, belgas, chinos, estadounidenses e italianos. Reciben bastantes encargos para disecar animales cazados en safaris africanos. Los felinos son los más difíciles. Acaban de recibir una caja procedente de Zimbabue que, en la aduana, ha debido pasar por exhaustivos controles. Su contenido es sorprendente: pieles y cráneos de un león, un leopardo, una jirafa, una cebra y un búfalo abatidos por un cazador al que, sin duda, le cundió el tiempo y el dinero.

Variedades de venado

El trajín no puede compararse al de un fin de semana, donde se sirven 60 comidas al día y el local se queda pequeño, pero siendo jueves hay bastante movimiento en el restaurante Sartenilla, un clásico de Las Ventas con Peña Aguilera al cargo de los hermanos Gustavo y Álvaro Sevillano, cuarta generación de un negocio que abrió su bisabuelo en una fecha que no pueden documentar. «El 80% de los platos que servimos es de carne de caza», revela Gustavo. «Quince variedades de venado, tres de jabalí, además de perdiz, etcétera. Tenemos una parroquia muy fiel que incluye a los municipios de los alrededores. No cabe duda de que si no fuera por estos productos no seríamos más que un simple bar pegado a la carretera que pasa por medio del pueblo».

El Hostal Joaquín conoció tiempos mejores cuando el abuelo de la actual propietaria, Nieves Castro, lo fundó hace 45 años. «Entonces no existía nada parecido, las vías de comunicación eran mucho peores y en las fincas no había más alojamiento que el de los guardeses», comenta. «Se organizaban muchas monterías y de viernes a sábados estábamos completos. Mi padre servía migas y judías con perdiz en las propias cacerías. Las habitaciones eran individuales (o dobles con camas sencillas) y solíamos meter supletorias porque no se cabía de tanta demanda. Ahora seguimos recibiendo muchos cazadores durante la temporada, pero la mejora de las carreteras hace que, por ejemplo, la gente que viene de Madrid haga la actividad en el día y se vuelva para su casa».

Al caer la tarde, Las Ventas con Peña Aguilera parece quedarse a solas con su arquitectura. Pocas almas a la vista. A un espécimen urbano le choca esto, acostumbrado a ver gente, a caminar junto a otros, sí, pero casi siempre en silencio, sin ni siquiera enarcar una ceja. ¿Dónde están las casi 1.200 personas que forman esta población? ¿Tal vez buscando los encames de los linces en el monte para constatar que, en efecto, este animal existe? «Están cada una a lo suyo», se despide Juan Manuel, el rehalero. «Pero si nos quitan la caza, ¿a dónde nos vamos?».

Fuente: ABC

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En el recuerdo: Manuel Marqués, ‘Manolito’. Por Rafael González Muñiz

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Manuel Marqués, ‘Manolito’, en su última montería en Tragacete, octubre de 2017.

El pasado mes de noviembre nos dejaba Manuel MarquésManolito, vecino de Cudillero, con sólo 54 años. No me resulta fácil escribir estas líneas, era Manolito un buen amigo y juntos habíamos disfrutado de muchas horas de caza, muchas horas de conversación cinegética, casi siempre del sector armero, su gran pasión.

Extraordinario conversador, muy culto, capaz de hablarte de cualquier tema con conocimiento de causa, reflexivo, lo analizaba todo al detalle y no improvisaba jamás, era un estudioso del tema de actualidad, estoy seguro que ahora aparecería por mi casa con toda la información sobre la peste porcina o sobre COGERSA.

Era una persona muy tranquila, en ocasiones esa tranquilidad era desesperante, era el orden llevado a un grado extremo, un obseso de la legalidad, quizás por eso congeniábamos tan bien, éramos como el día y la noche.

Recuerdo un viaje a Tortosa, me acompañaba a cazar un macho montés. Paradas obligatorias cada dos horas, los límites de velocidad… no te aburrías, era un conversador incansable y un viaje con él era una clase intensiva de temas variados.

No era un gran cazador, sí era un buen rifle en la caza mayor y una buena escopeta en la caza menor, nunca fue un portento físico, más bien al contrario, pero tenía mucha fuerza de voluntad y mucha afición. Las armas eran su pasión y en Orbayu Naturaleza escribió varios trabajos sobre el tema, hace más de 30 años cuando casi nadie hablaba de calibres, grains, trayectorias, poder de parada y demás, él ya lo hacía con todo lujo de detalles.

Tengo muchísimas anécdotas de caza juntos, descaste de conejos en Toledo, en Albacete, en rececho de macho montés en Sierra Nevada, donde casi se me muere agotado, monterías de jabalí en Huesca, Álava… perdices, codornices, faisanes, corzos… las batidas de venada que algún disgusto le dieron. Muchos recuerdos inolvidables junto a Manolito y Suso Cándano por toda España.

También le gustaba la pesca las truchas, El Esqueiro era su coto particular, pescador hábil de caña en el mar y buen pescador y conocedor de las mejores zonas en El Pedreru de la Conchiquina.

Los últimos años ya estaba muy limitado por su estado de salud, así todo en octubre del 2017 conseguí llevarlo hasta Tragacete en Cuenca a una montería y disfrutó de lo que le gustaba, la tertulia, las armas… y una vez más dejo su sello legalista, no disparó a un gamo porque no estaba seguro de la trayectoria de la bala. Manolito en estado puro.

Tengo cientos de anécdotas pero me quedo con una que le define a la perfección, el día que en una batida se sentó en un prao para quitarse las botas para descansar los pies, en ese momento le entró un buen jabalí del que hábilmente dio buena cuenta de un certero disparo.

Amigo de sus amigos, bonachón, rara vez se enfadaba, pero cuando lo hacía ponía la cruz de por vida, era campechano como pocos, con un gran sentido de la lealtad y de la amistad, de los que jamás negociaba con la dignidad, amigo de verdad, de esos que siempre estaban ahí.

Amigo Manolo en cada lance estarás presente, tus charlas sobre armas y seguridad en la caza, tu obsesión por no dejar nada tirado en el monte, tu buen carácter es el legado que nos dejas a tus amigos, no creo que alguien como tú pudiese tener enemigos. Amigo en cualquier sitio que estés, descansa, descansa en paz.

Un artículo de Rafa González

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La caza como una garantía de salvaguarda medioambiental (XVI): los vallados cinegéticos

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LOS VALLADOS CINEGÉTICOS

Pocos esfuerzos mayores ha hecho la Administración y el lobby ecologista como el efectuado en relación a los cercados (principalmente dirigido a la crítica a esos vallados y la aprobación de modificaciones normativas tendentes a limitarlos y/o prohibirlos) y todo ello sobre la justificación de que las vallas perjudicaban o impedían el tránsito de la fauna no cinegética, principalmente el de algunas especies como el lince. Pues bien, hoy los linces que se sueltan han demostrado que pasan las vallas sin problemas.

– Ley 4/1989, artículo 34:

Los cercados y vallados de terrenos cinegéticos deberán construirse de forma tal que no impidan la circulación de la fauna silvestre no cinegética.

– Ley 8/1990 de Caza de Extremadura prohíbe la instalación y la reposición de vallas o cierres de terrenos rurales que:

a) tengan una altura total de más de ciento treinta centímetros o posean cuadrículas metálicas de dimensiones inferiores a quince por treinta centímetros,

b) cuenten en toda su longitud con dispositivos de anclaje, fijación o unión al suelo distintos de los postes,

c) cuenten con dispositivos o trampas que permitan la entrada de piezas de caza y que impidan su salida,

d) estén dotados de corriente eléctrica o dispositivos incorporados para conectar corriente de esa naturaleza, a excepción de los cercados de protección de cultivo de carácter temporal o manejo de ganado,

e) incluyan alambre de espino.

 – Decreto 24/2010 (Extremadura), de 26 de febrero, por el que se regulan las condiciones para la instalación de cerramientos cinegéticos y no cinegéticos

Condiciones de vallados cinegéticos (artículo 11.1):

  • La altura máxima de los cerramientos no será superior a dos metros y estarán construidos de manera que el número de hilos horizontales sea como máximo el entero que resulte de dividir la altura de la cerca en centímetros por 10, guardando los dos hilos inferiores sobre el nivel del suelo una separación mínima de 15 centímetros. Los hilos verticales de la malla estarán separados entre sí por 15 centímetros como mínimo.
  • Carecer de elementos cortantes o punzantes.
  • No podrán tener dispositivos de anclaje, unión o fijación tipo «piquetas» o «cable tensor» salvo que lo determine el órgano competente en materia de caza.
  • Para la autorización de estos cerramientos, la superficie continua a cerrar no podrá ser inferior a 1.000 ha salvo en el caso de los cerramientos previstos en los apartados g) y h). Dentro de este tipo de cerramientos podrá autorizarse una cerca interior de manejo, con una superficie máxima de 50 ha por cada 1.000 ha de terreno acotadas. Las características del vallado interior deberán cumplir al menos los requisitos establecidos en los apartados a) y b).
  • Excepcionalmente, y de manera justificada por motivos medioambientales o de seguridad se podrán autorizar cerramientos cinegéticos perimetrales de gestión con una superficie continua inferior a la indicada anteriormente cuando la merma de la misma no sea superior a un 10%.
  • En aquellos terrenos donde anteriormente a la entrada en vigor del presente Decreto exista un cerramiento cinegético de gestión autorizado que encierre una superficie continua inferior a 1.000 ha, podrá autorizarse la instalación de un nuevo tramo de cerramiento siempre que la misma suponga una ampliación de la superficie continua, aún cuando ésta no llegue a alcanzar las 1.000 ha indicadas en el primer párrafo de este apartado.

Vallados no necesitados de autorización ambiental (artículo 7.2):

No será necesaria autorización ambiental para la instalación y/o reposición de los siguientes cerramientos no cinegéticos:

malla ganadera.

b) Los cerramientos ganaderos, entendiendo por tales aquellos que tienen como finalidad el manejo de ganado, cuando la malla no supere los 1,50 metros de altura y no se utilice malla de rombo o electrosoldada, y siempre que la cuadrícula inferior de la malla sea igual o superior a 15 x 15 centímetros. Cuando delimiten terrenos desarbolados deberán llevar, además, placas señalizadoras de colores claros y acabado mate de 10 x 10 centímetros en cada tres vanos. 

c) Los cerramientos de núcleos zoológicos, salvo que se encuentre en un terreno donde haya aprovechamiento de caza mayor, en cuyo caso tendrán la consideración de cerramientos cinegéticos.

d) Los cerramientos de forestaciones y reforestaciones, cuando se utilicen postes de madera para la colocación de la malla, no superen los 1,5 metros de altura y no se utilice malla de rombo o electrosoldada y siempre que la cuadrícula inferior de la malla sea igual o superior a 15 x 15 centímetros.

e) Los cerramientos de plantas solares o fotovoltaicas cuando se utilice una malla igual o inferior a dos metros de altura con cuadrícula inferior de la malla igual o superior a 15 x 30 centímetros, o bien una malla de simple torsión de color verde con gateras o portillos de, como mínimo, 20 x 20 centímetros cada 20 metros, salvo que se encuentre en un terreno donde haya aprovechamiento de caza mayor, en cuyo caso tendrá la consideración de cerramiento cinegético.

– Decreto 226/2013, de 3 de diciembre, por el que se regulan las condiciones para la instalación, modificación y reposición de los cerramientos cinegéticos y no cinegéticos en la Comunidad Autónoma de Extremadura. Deroga el anterior.

Artículo 6. Requisitos:

  • La malla deberá tener una luz mínima efectiva de 15 x 15 cm en la parte inferior e inmediata al suelo.
  •  La altura máxima del cerramiento será de dos metros y no podrá tener voladizo, salvo en tramos puntuales cuando esté justificado por la orografía del terreno.
  •  El cerramiento debe mantenerse en todo momento de tal forma que impida la entrada y salida de las especies cinegéticas gestionadas en régimen de cerrado.
  •  Debe carecer de elementos cortantes o punzantes.
  •  Los cerramientos carecerán de dispositivos o trampas que permitan la entrada de piezas de caza e impidan o dificulten su salida.
  •  No se podrá instalar malla electrosoldada, salvo en tramos concretos previa justificación de que es la única forma técnicamente viable de conseguir la finalidad del cerramiento.

Castilla–La Mancha:

Reglamento de Caza (Decreto 141/1996). Artículo 20.1:

  • Altura máxima dos metros.
  • Número de hilos horizontales será como máximo el entero que resulte de dividir la altura de la cerca en centímetros por 10, guardando los dos hilos inferiores una separación mínima de 15 centímetros. Los hilos verticales de la malla estarán separados entre sí por 30 centímetros como mínimo.
  • Carecer de elementos cortantes o punzantes y de anclaje de la malla al suelo.
  • Superficie mínima 1.000 hectáreas.

Sujeción a evaluación de impacto ambiental:

Castilla-La Mancha, ley 4/2007. En su anexo I. en el grupo 9, ‘otros proyectos’, incluye entre los que deben someterse a evaluación de impacto ambiental

Vallados o cerramientos de cualquier tipo sobre el medio natural con longitudes superiores a 4.000 metros o extensiones superiores a 100 hectáreas, a excepción de los cerramientos ganaderos de carácter estacional o no permanentes o aquellos que no superen los 60 centímetros.

Es de destacar que el sometimiento de cualquier proyecto a evaluación ambiental implica un plus enorme de dificultad y encarecimiento, así como justificar que lo que se propone es la medida que menos afecta al medio ambiente. Esta justificación se hace difícil cuando de lo que se trata es de vallar un perímetro concreto, porque el perímetro será siempre el que sea, que casi siempre coincide con los límites de una finca.

No se trata tanto de analizar todo este tinglado normativo, como de destacar el nivel de obsesión contra los cercados cinegéticos por parte de las Administraciones y que esta se remonta desde hace casi 30 años, o más, si tenemos en cuenta que la normativa se elabora (lógicamente) en atención a necesidades o exigencias sociales. Es decir, que la obsesión ecologista por evitar que las vallas obstruyan el tránsito de la fauna no cinegética viene de largo, para lo que han ido poniéndose impedimentos de tipo técnico, legal y ambiental. Pasado varios decenios lo que se echa en falta es una evaluación de necesidades y de objetivos que den lugar, bien al establecimiento de mayores requisitos, bien a la eliminación de algunos (o muchos de ellos) de los existentes.

Siempre defendí que la comprobación de ese axioma ecologista del perjuicio del tránsito de especies no cinegéticas estaba al alcance de cualquiera que quisiera hacerlo y que su coste sería mínimo, pero lo cierto es que, ni la Administración estaba dispuesta a dar marcha atrás y a renunciar a ese axioma ecologista que tanto poder les había otorgado sobre la propiedad privada, ni los técnicos estaban dispuestos a ser protagonistas de un estudio que les enemistara con el lobby ecologista, ni los propietarios veían posible conseguir resultados positivos. De hecho, aún recuerdo cuando formaba parte de la junta directiva de APROCA y propuse un mínimo presupuesto para elaborar ese informe técnico. Bastaba instalar en medio de la sierra un gallinero con valla que no cumpliera con los requisitos legales y dotarlo de cámaras. El resultado era seguro, porque todos sufríamos diariamente la pérdida de gallinas en nuestras casas; las diferentes alimañas acabarían con ellas en pocas semanas. Ya no puedo recordar la causa de la negativa de mis entonces compañeros de asociación para realizarlo. Quizás que la pura simpleza del experimento les impedía considerarlo técnicamente válido o no extrapolable a la realidad de los vallados cinegéticos, quizás que veían en ello un esfuerzo baldío por la cerrazón administrativa. Quizás era demasiado fácil y barato; es decir, que el encargo de su realización no podía justificar a quien lo hiciera el cobro de cantidades interesantes, lo cual es un detalle a tener en cuenta cuando coinciden quien lo hace y quien lo encarga, que no es precisamente quien lo paga. A buen entendedor…

“Los linces han hecho recorridos de cientos de kilómetros, ¡y nunca se ha detectado que sus trayectos se hayan visto entorpecidos por las muchas vallas de cercado cinegético o ganadero que han encontrado a su paso!”.

Sin embargo, a día de hoy, ese experimento ya ha sido (viene siendo) realizado, aún sin pretenderlo, por la propia Administración con los resultados que cualquiera aventuraba. A día de hoy la Administración viene soltando linces desde Sierra Morena y desde los Montes de Toledo, que al poco de su liberación realizan grandes movimientos en busca de una zona que les sea propicia. Como aquella en que son soltados no es propicia, precisamente por la ausencia de conejos (donde el Plan de Gestión del Conejo de Monte decía que eran numerosos) los linces han hecho recorridos de cientos de kilómetros, seguidos día a día gracias a sus collares radio transmisores ¡y nunca se ha detectado que sus trayectos se hayan visto entorpecidos por las muchas vallas de cercado cinegético o ganadero que han encontrado a su paso!, lo que pone en solfa la pretendida afección ambiental de esos vallados, como también las continuas denuncias de las asociaciones ecologistas sobre cercados ilegales y sus augurios sobre desastres ecológicos por la simple existencia de vallados.

Y, sin embargo, me sorprendo cuando nadie, ni las asociaciones de cazadores y de propietarios rurales, utilizan este argumento en reclamación de que se suavicen los histéricos requisitos y limitaciones para la instalación de cercados de todo tipo. Ello es lógico en la Administración y en las asociaciones ecologistas. En la primera porque cualquier tipo de requisito implica mando y poder sobre la realidad física o humana sobre la que actúa (que en el caso de la Administración ambiental viene aún más impulsado por sus cuerpos técnicos, que actúan cada vez más con criterio caciquil). En las segundas porque es clara su intención de torpedear a la caza de cualquier manera, habiéndose dado cuenta hace tiempo de que les es más fácil y más rentable realizar esos ataques de forma indirecta. Me explico; ante la dificultad de prohibir la caza, ¿qué mejor que perjudicar los cazaderos? ¿Qué más fácil que poner trabas insalvables a las rehalas? Pero en los sectores de cazadores y propietarios se me hace incomprensible.

Como ultimísimo añadido a este punto, poco antes de mandar este trabajo a edición me llegó al teléfono un vídeo de un lince saltando una valla cinegética con una facilidad impresionante ¡pese a hacerlo con una pieza en la boca! Lo pueden ver un poco más arriba o en el enlace de YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=P4Tr2hNdPUU.

Un artículo de Antonio Conde Bajén

Fotografías: Adolfo Sanz

 

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Murcia activa un plan para frenar la proliferación de conejos en cultivos

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La Región de Murcia ha puesto en marcha un plan especial para frenar los daños que produce la proliferación de conejos, tanto en espacios naturales como en cultivos, y se mantendrá en vigor hasta el próximo otoño de 2020. Así lo estableció la Orden de Comarca de Emergencia Cinegética Temporal, en la que se establecen medidas «excepcionales» para la caza de este animal, que fue publicada ayer en el Boletín Oficial de la Región (BORM).

La orden, que prorroga las medidas extraordinarias que se aprobaron en junio del pasado año, incluye a aquellos municipios que se han visto afectados por la proliferación de esta especie y que presentan densidades de entre 15 y 80 ejemplares por hectárea, como Alhama de Murcia, Alguazas, Cartagena, Ceutí, Cieza, Fuente Álamo, Ojós, Las Torres de Cotillas, Ulea, Villanueva del Río Segura y Yecla.

Las medidas fueron consensuadas con los sectores agrícola y cinegético, así como con el Consejo Asesor regional de Caza y Pesca Fluvial, con el objetivo de «minimizar los daños que genera este animal sin afectar a otras especies, en especial a aquellas consideradas amenazadas».

De esta manera, se pretende garantizar la conservación del patrimonio natural y la protección del hábitat de la fauna silvestre «con una gestión sostenible y ordenada de los recursos cinegéticos».

En el texto, la orden recuerda la importancia de poner en marcha estas medidas antes de la llegada del verano, cuando se alcanza la mayor densidad anual de esta especie. Además, señala que el control que se ha realizado en los últimos ocho meses ha permitido eliminar más de 3.000 ejemplares solo en Molina de Segura.

Fuente: larazon.es/local/murcia

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Tres de cada cuatro corzos se abaten de forma ilegal en Segovia

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Un agente medioambiental, junto a uno de los corzos sin precinto. / EL NORTE

La Junta de Castilla y León establece sanciones de hasta 6.000 euros para este tipo de prácticas, pero los furtivos venden tantas piezas que acaban ganando dinero.

La caza del corzo comenzó el pasado 1 de abril y tiene visos de ser fructífera porque es un animal cuyo censo va en aumento. La cruz de la moneda es que este cérvido es una de las especies más perjudicadas por la práctica del furtivismo. En concreto, el delegado en Segovia de la Federación de Caza de Castilla y León, José Luis Gómez, calcula que por cada precinto autorizado por la Junta en la provincia se matan de forma ilegal dos o tres corzos. De este modo, el número de ejemplares que cazan los furtivos puede llegar a triplicar las piezas que se cobran durante la temporada quienes poseen la pertinente licencia oficial.

Asimismo, el representante de los cazadores advierte de que la actividad de estos grupos arranca incluso antes de que dé comienzo temporada de forma oficial con el fin de hacerse con las piezas mejores y más grandes. El delegado provincial tiene constancia de que los agentes han detenido en lo que va de año a cuatro grupos de furtivos en el conjunto de la comunidad autónoma. En la mayoría de los casos, estos malhechores actúan de noche y suelen querer la cabeza del animal para después venderla en el mercado negro, desvela.

El Gobierno autonómico establece multas de 6.000 euros para este tipo de prácticas ilegales, pero Gómez explica que les suele salir rentable pagar la multa si les pillan, porque «a lo largo de la temporada venden muchas piezas con las que recuperan con creces el dinero». Por eso, José Luis Gómez defiende la necesidad de un mayor control y cree que este colectivo tiene la responsabilidad de hacer entender a la sociedad que es una lacra como otras muchas. «Igual que no todo el mundo es violador, ladrón o asesino, tampoco todos los cazadores somos furtivos», esgrime.

Por otro lado, el pasado 27 de enero concluyó la temporada de caza menor, tres meses que han servido para superar las malas expectativas que existían al inicio del periodo, al menos en cuanto a la perdiz se refiere ya que, según Gómez, «ha habido más que los años anteriores porque ha criado mejor». Peores resultados se han cosechado con los conejos, que en determinadas zonas de la provincia han sufrido enfermedades y epidemias durante toda la temporada, como la mixomatosis o la hemorragia vírica. Por su parte, la caza de la liebre cada año es más compleja porque es una especie que no deja de reducir su población y en muchos cotos de la provincia ni siquiera está permitido cazarla, matiza.

Legislación europea

Si hay un punto en común entre cazadores y ecologistas es la idea de que la Administración autonómica debería desarrollar un estudio en profundidad que determine el estado de conservación de las especies. En el caso de los cazadores, buscan argumentar la legitimidad de la acción cinegética, mientras que los proteccionistas piden datos reales y objetivos para evitar la extinción de especies y el equilibrio de los ecosistemas. La portavoz de Ecologistas en Acción de Castilla y León, Carolina Martín, asegura que la modificación introducida por la Junta en la Ley de Caza ha sido una decepción porque no incorpora novedades, ni se adapta la realidad.

En este sentido, critica el empeño del Gobierno regional de incluir especies sobre las que no hay datos científicos del estado de sus poblaciones, tal y como marcan las directivas europeas, que «en esta Comunidad se están incumpliendo», asevera la representante de la asociación ecologista. A su juicio, esta apresurada medida responde al interés electoral que está en juego en estos momentos. «La Junta no se podía permitir que en fechas tan próximas a las elecciones no se pudiera cazar en Castilla y León porque se juegan muchos votos, así que han tenido que dar un puñetazo sobre la mesa como los gorilas y hacer las cosas rápido en lugar de bien», recrimina Carolina Martín.

La comunidad autónoma brinda a la práctica cinegética la mayor extensión del país en cuanto a terrenos destinados a la caza se refiere, acaparando el 19% del conjunto de España. Además, esta actividad genera una actividad económica de 500 millones de euros al año y 8.000 empleos directos. Segovia, de hecho, es una provincia que atesora una amplia tradición. En la actualidad cuenta con unos quinientos cotos y cerca 4.000 cazadores autorizados residentes, aunque durante la temporada acuden aficionados de distintos puntos del país, en especial de Madrid.

Cabe recordar que e Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL) paralizó la caza a finales de febrero por un recurso del Partido Animalista (PACMA). A principios del pasado marzo, el mismo tribunal anuló también la Orden Anual de Vedas en la comunidad. De este modo, se prohibía la práctica cinegética durante algo menos de un mes, periodo en el que tanto los cazadores como diferentes colectivos vinculados al medio rural han dado la voz de alarma. No obstante, Gómez asegura que por las fechas en las que se ha producido esta suspensión cautelar no ha afectado a la actividad. «No hemos dejado de cazar en ningún momento», afirma. A finales de febrero se cerró la temporada de caza mayor y hasta el 1 de abril no ha comenzado el rececho del corzo. Además, las autorizaciones especiales para evitar daños a la agricultura a través del control de especies, que se concedieron hasta el 26 de febrero, seguían vigentes, apunta el portavoz de los cazadores.

Sin embargo, admite que estas decisiones judiciales han hecho que «el mundo rural se subleve». No solo los aficionados, sino que las sentencias han puesto en pie de guerra a gremios como los agricultores y ganaderos, así como a ayuntamientos por los «graves perjuicios que origina la ausencia de caza». Entre ellos, la transmisión de enfermedades. Asimismo, José Luis Gómez confirma que gran parte de los ingresos de los pueblos pequeños proceden del aprovechamiento cinegético de los cotos que acogen.

La caza mayor se va manteniendo y la temporada ha sido buena, según Gómez, quien detalla que con los jabalíes parece que «cuantos más se cazan, más hay». Hace diez años se cazaban unas 2.000 piezas de en todo el territorio de Castilla y León y ahora la cifra ronda entre los 12.000 y los 14.000 anuales. Unos datos que se pueden extrapolar a Segovia, matiza el portavoz provincial, donde en diez años se ha multiplicado por diez el número de jabalíes cazados.

La explosión demográfica que ha experimentado este animal también ha supuesto su expansión territorial, ya que antes estaba limitado a la sierra y ahora se encuentran en cualquier rincón de la geopografía provincial. A su juicio, este incremento se debe en parte a la despoblación del medio rural y de las tierras de labranza.

La Federación de Caza de Castilla y León siempre ha contribuido a la creación de las leyes y normativas que regulan esta práctica en la comunidad. De hecho, José Luis Gómez recuerda que para elaborar la legislación de 1996, vigente en la actualidad, aunque con las modificaciones recientes, la Junta tuvo en cuenta el punto de vista de los cazadores y aceptó varias de las propuestas que realizaron. La ausencia de consenso o que la administración trabaje de forma unilateral no son problemas que afecten a Castilla y León. Sin embargo, la caza se topa con un obstáculo importante, que es la falta de desarrollo de la normativa aprobada. La citada ley de hace veintitrés años era buena, pero «la dejadez de la Junta a la hora de desarrollar muchos de los puntos ha provocado que la acaben atacando», critica el delegado.

Un artículo de Claudia Carrascal

Fuente: El Norte de Castilla

Toledo: permitida la caza de conejo con hurones en vías pecuarias

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La Dirección Provincial de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural ha autorizado a los titulares del aprovechamiento cinegético de los cotos de caza que discurran por vías pecuarias o limiten con ellas la práctica del control de daños causados a la agricultura e infraestructuras por el conejo de monte en la comarca de emergencia cinegética temporal de la provincia de Toledo, integrada por 98 municipios. En el caso de más de un coto de caza la práctica del control se realizará según acuerdo previo de sus titulares.

El método y periodo de control autorizados será la captura mediante hurón y capillo o redes sin perro, hasta el 31 de marzo de 2020, quedando limitado el número de cazadores por grupo a un máximo de cuatro, en virtud del apartado tercero de la Resolución citada.Según la Resolución de la Dirección Provincial de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural de Toledo, que publica este viernes el Diario Oficial de Castilla-La Mancha, dicha declaración podría afectar de manera significativa a vías pecuarias, bienes de dominio público, en su condición de terrenos no cinegéticos (zona de seguridad), al ser necesario contar previamente, para realizar el control de daños, con la autorización expresa de la Administración propietaria en el caso de dominio público.

Pero, a efectos de tramitar con celeridad las correspondientes solicitudes ante la emergencia declarada, dicha Dirección Provincial ha considerado conveniente autorizar de oficio la práctica de estos controles en las vías pecuarias que discurren por 98 términos municipales de la provincia de Toledo en la comarca de emergencia cinegética temporal declarada, comprendiendo numerosos tramos de vías pecuarias que en total acumulan aproximadamente 1.700 kilómetros de longitud.

El ámbito de aplicación de la presente autorización serán los terrenos de dominio público pecuario (vías pecuarias) existentes en los términos municipales de la provincia de Toledo y las operaciones de control de daños se realizarán en el interior de las vías pecuarias donde habiten los conejos.

La práctica de los controles de conejo no podrá impedir ni dificultar el tradicional tránsito ganadero, uso común, prioritario y específico de las vías pecuarias, así como los restantes usos compatibles y complementarios legítimos de estos bienes de dominio público, que tendrán prioridad.

En los tramos de vías pecuarias que discurran por Espacios Naturales Protegidos, cualquiera que sea su calificación, deberán ser observados los condicionantes de los correspondientes Planes de Ordenación de los Recursos Naturales.

Carta abierta de Carlos Irujo sobre la limitación de la caza de la perdiz en Navarra a dos días

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Tal como dispone la Ley de Caza y Pesca de Navarra, los Planes de Ordenación Cinegética (POC) son un instrumento a través de los cuales se analiza la situación de las poblaciones animales y de sus hábitats, estableciendo los condicionantes para su aprovechamiento, marcando los objetivos de conservación y posibilitando la sostenibilidad de los recursos cinegéticos.

A pesar de ello a ADECANA le parece muy preocupante la interpretación que hacen de la normativa algunos técnicos de Medio Ambiente y de la empresa pública Gestión Ambiental Navarra (GAN), ya que cuando les interesa hacen prevalecer los POC frente a la Orden de Vedas, y cuando les conviene hacen lo contrario. Por ejemplo, si en la Orden de Vedas el conejo se puede cazar hasta el 30 de enero, a los cotos que les interesa les prohíben vía POC el cazarlos todo este mes, pero «a sensu contrario» si los conteos realizados en primavera de perdiz les permiten cazarlas más días, mediante el ordeno y mando de una Orden Foral les obligan a hacer tabla rasa con el resto.

En los POC está dispuesto que para que la gestión de la perdiz sea sostenible se pueda cazarlas cuando el número de ejemplares sea igual o superior al 50 % de la potencialidad establecida, pero a pesar de que hay cotos que superan con creces esta, en vez de premiarles dándoles algunos días más, se les castiga igualándoles con los que no llegan a estas cifras.

¿Qué van a conseguir con ello? que los únicos que con trabajo, dinero e ilusión están consiguiendo que en algunos sitios esté mejorando sus poblaciones dejen de hacerlo al desmotivarse agravando todavía más el problema.

«A entender de ADECANA y de muchos cazadores esta propuesta de limitar la caza de la perdiz a dos días es una falta de respeto a los gestores de los cotos, a los técnicos que los elaboran los POC y los guardas que las cuentan, por lo que solicitamos que en la Orden de Vedas definitiva rectifiquen y la autoricen de forma sostenible en base a los conteos que se realizan»

Los estudios que el Gobierno de Navarra ha realizado de la perdiz no relacionan su declive con una caza sostenible y respetuosa, sino con la degeneración del hábitat producto del cambio agrícola y ganadero de los últimos años y su intensivismo. Y si a ello le unimos que otro de los principales problemas es el control de predadores, principalmente zorros y gatos asilvestrados, en vez de promocionarlos han empezado a denegar sus autorizaciones, agravando más el problema.

En Navarra la caza es una actividad social con una gran raigambre popular, pero a pesar de ello, a mí entender y el de muchos cazadores el Gobierno de Navarra lleva 30 años con una política equivocada. La mejor prueba que no están haciendo bien las cosas es el cada vez mayor descontento del colectivo, que está ocasionando que a pesar de que Navarra esta podría ser un paraíso para la caza cada vez hay más navarros que están cogiendo cotos en Aragón donde con un hábitat semejante, pero con una gestión mucho mejor, se les dejan cazar la perdiz muchos más días.

Eso sí, cuando la Administración necesita a los cazadores para eliminar fauna que causa daños o es susceptible de trasmitir enfermedades, por ejemplo los jabalíes o lo conejos, todo son facilidades para exterminarlos, pero cuando se trata de aprovechamiento social de especies que no causan daños, como es el caso de la perdiz, en vez de solucionar los problemas que causan su regresión, se justifican restringiendo su caza.

A entender de ADECANA y de muchos cazadores esta propuesta de limitar la caza de la perdiz a dos días es una falta de respeto a los gestores de los cotos, a los técnicos que los elaboran los POC y los guardas que las cuentan, por lo que solicitamos que en la Orden de Vedas definitiva rectifiquen y la autoricen de forma sostenible en base a los conteos que se realizan.

Carlos Irujo Beruete es presidente de ADECANA

Piden 18 meses de cárcel para el dueño del podenco que mató 2 conejos en Ibercaza

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Dieciocho meses de prisión. Esa es la condena que pide la Fiscalía para un rehalero de Vilches acusado de dos delitos de maltrato animal porque uno de sus podencos mató a sendos conejos durante una exhibición cinegética en la pasada feria de Ibercaza.

El Ministerio Público acaba de presentar su escrito provisional de acusación para A. P. M., de 67 años y sin antecedentes penales. Además, también se solicita que no pueda ejercer cualquier profesión relacionada con los animales durante un periodo de cuatro años. La defensa del hombre niega los cargos, al entender que la actividad contaba con todos los permisos necesarios.

Los hechos se remontan al pasado 23 de septiembre. Era domingo, el último día de la feria Ibercaza y una de las jornadas en las que más público había paseando en el pabellón interior del Ifeja. La organización había anunciado en su programa de actividades la realización de “Pruebas de aptitud de cachorros de perros de caza con conejo”, que se realizaron durante varios días. La exhibición consistía en que se soltaba a un conejo en un recinto vallado, en el que, previamente, se habían colocado numerosas ramas en las que el animal se escondía. A continuación, el dueño introducía a su perro que buscaba con el ramaje hasta dar con su presa. Al menos ese día, el can mató a dos conejos a los que, literalmente, despedazó a mordiscos.

Un espectador que se encontraba en la muestra presenció toda la escena. No tuvo que andar mucho para denunciar, ya que en un estand contiguo se encontraban miembros del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil. Puso en conocimiento de los agentes lo sucedido y alertó de que había niños que vieron cómo el perro mataba a los conejos.

La Fiscalía le imputa dos delitos de maltrato animal, uno por cada animal muerto, y solicita 18 meses de cárcel para A. P. M.

Los miembros del Instituto Armado abrieron diligencias, identificaron al dueño del perro y a los responsables de la feria y enviaron el atestado al Juzgado de Guardia, en este caso Instrucción número 1. Su titular, el magistrado Fernando Moral, entendió que los hechos podrían ser constitutivos de un delito de maltrato animal y llamó al dueño de los perros en calidad de investigado para interrogarlo al respecto. Tal y como adelantó Diario JAÉN, el juez dictó el auto de apertura de juicio oral contra él, lo que significa que tendrá que sentarse en el banquillo de los acusados de un Penal. Y ahora la Fiscalía ya ha presentado los cargos: le imputa dos delitos de maltrato animal, uno por cada animal muerto, y solicita 18 meses de cárcel para Antonio P. M.

El Ministerio Público se basa en que el evento contaba con un permiso administrativo “siempre y cuando se garantizara el bienestar de los animales” que se utilizaran en la exhibición. Por ello, llama a declarar en calidad de testigos a José María Valdivia, el gerente de Ferias Jaén, que fue la empresa que organizó la cita; a la concejal de Consumo, Yolanda Pedrosa, la edil que otorgó los permisos para la muestra, y a la persona que denunció los hechos. La defensa, por su parte, siempre ha negado los cargos al entender que se trata de un actividad cinegética. El juicio se celebrará en las próximas semanas en un Juzgado de lo Penal de Jaén.

Fuente: diariojaen.es

La problemática de la gestión de los daños de la agricultura por la fauna cinegética

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Pastor eléctrico

EN SU SOLUCIÓN SE DEBE IMPLICAR TODA LA SOCIEDAD, NO SOLO LOS CAZADORES

Tal como dispone la Ley de Caza y Pesca, «los daños causados por la fauna cinegética en la agricultura se indemnizarán por quienes resulten responsables conforme a la Legislacion Civil», y de hecho, a través de la gestión de los cotos en la época en la que está permitida la caza, el exceso de poblaciones se regulan a través de la caza, principalmente jabalíes, corzos o ciervos, y en la zona sur en la margen derecha del río Ebro ocasionadas por conejos, ya sea ampliándola o regulándola en la época de caza como convenga.

El gran problema surge cuando los daños se producen en época de veda en la que no está permitida la actividad cinegética, o cuando hay que cazar en invierno con nieve en los valles pirenaicos, y por ello, para poder extraer el exceso de animales impera llevarla a efecto a través de unas medidas excepcionales que exigen como requisito disponer de un guarda de caza que el Gobierno obliga a contratar a los cazadores, esto está generando muchas quejas de los cazadores al ocasionar un gasto económico que muchas veces no pueden abonar por falta de medios.

ADECANA SOLICITÓ ARREGLAR ESTE PROBLEMA PERO NO SE LE HIZO CASO

Este problema pudo ser solucionado hace unos años cuando se modificó en el año 2007 el Parlamento de Navarra el artículo 51 de la Ley de Caza y Pesca, que originariamente pretendía imponer obligatoriamente la figura del guarda a todos los cotos de Navarra, y que gracias a Adecana que pactó con la mayoría parlamentaria necesaria que el guarda únicamente fuera necesario para los manejos de poblaciones, caza a rececho de ciervos, monterías, controles anuales de poblaciones, cierres de cotos por gestión deficiente, pero a pesar que a priori estaba pactado con la suficiente mayoría de grupos parlamentarios (UPN, PSN, NABAI, PP), en última instancia y en momento anteriores a la votación definitiva, a pesar de que por parte del PSN hubo máxima colaboración, gracias a una de sus parlamentarias que discrepaba en este último aspecto por quedar bien con IU-IE, se incluyó como enmienda In Voce también esta obligatoriedad en las autorizaciones excepcionales de caza por utilizarse métodos establecidos en su artículo 39, como por realizarse fuera de la temporada de caza, obligando con ello las sociedades de cazadores a contratar a su costa un guarda de caza, cuando lo que están haciendo es ayudar altruistamente a solucionar un problema ajeno de agricultores y ganaderos.

Ante ello desde ADECANA manifiestan que los cazadores en este tema sienten lo que dice un conocido refrán que por su crudeza no reproducimos, que «no solo les menosprecian cuando lo que están contribuyendo a arreglar un problema, sino que además por normativa abusan de ellos haciéndoles abonar un dinero por ello».

PRESENTACION DE UN BORRADOR DE UNA REGULACIÓN DE LOS MÉTODOS DE CONTROL DE DAÑOS DE LAS ESPECIES CINEGÉTICAS

Hace unos días se ha presentado a la Comisión Asesora de Caza un borrador de una Orden Foral para establecer de manera integral lo que anteriormente estaba disgregado en diversas normativas, estableciendo los métodos de control de especies cinegéticas causantes de perjuicios importantes para la salud o la seguridad de las personas, para la agricultura, ganadería, o para la fauna silvestre, concretamente para animales asilvestrados, el conejo, el jabalí, el corzo, el ciervo, el zorro, la urraca, corneja, la grajilla y el ánade real.

Entre las modalidades propuestas merece la pena destacar los métodos de control del Jabalí en acotados de caza en días de nieve cuando se den unas determinadas condiciones, lo que los cazadores entienden que no son suficientes para solucionar este problema sobre todo en los valles pirenaicos donde en años de climatología adversa se quedan parte de la temporada sin poder cazar, con los problemas que a posteriori ello supone en daños a la agricultura en periodo de veda. A entender de los cazadores ello supone un contrasentido, por un lado admitir que esto es un verdadero problema, y en vez de dar las máximas facilidades en época de caza para solucionarlo, se ponen todo tipo de pegas y condicionantes que lo único que va a conseguir es que las sociedades locales de estos lugares no puedan colaborar en solucionarlos.

LAS SOCIEDADES DE CAZADORES OPINAN

José Luis de Pablo, cazador y gestor en el coto de Villafranca, afirma que «si los cazadores realizamos una gestión correcta los daños ocasionados por especies cinegéticas, no deberían en ningún caso suponer unos gastos económicos para la sociedades de cazadores. En cuanto a su regulación y control siempre hemos estado de acuerdo en colaborar y aportar nuestro trabajo en las época de caza, pero fuera de la misma no estamos dispuestos a tener que encima pagar un guarda».

Para este vocal de Adecana «existe suficiente personal dentro de los ayuntamientos ya que cada vez más disponen de guarderío de campo, a los que les están obligando a sacarse el título de guarda, que pueden encargarse del control de este tipo de actuaciones a realizar fuera de temporada. Este tipo de personal puede ser muy adecuado para dar el visto bueno y controlar este tipo de actuaciones. Lo mismo que se ocupan de choperas, regadíos, etc, perfectamente se podían ocupar de esto».

José Luis hace mención al respecto que «varios cotos se han tenido que cerrar en Navarra por no poder asumir los gastos de contratación de guardas y tras un periodo de tiempo cerrados, han tenido que ser los propios agricultores los que han tenido que solicitar a las sociedades que vuelva a ejercer la actividad para minimizar los dañosFrente a lo que erróneamente se planteó en el Parlamento de Navarra de que la solución para el control de los daños es la obligatoriedad de guardas a cargo de los cazadores, la realidad es que esto solo se puede arreglar aprovechando el guarderío de campo que los ayuntamientos les están obligando a sacar el título, o policía municipal de los pueblos, y guardas de medio ambiente del Gobierno de Navarra».

Desde Caparroso, su guarda Mario Hernández, nos informa «del problema que ahora está ocurriendo en las plantaciones de maíz, que ahora está saliendo sus plantones, nos llaman de todos los sitios para ayudar a minimizar los daños que en ellos ocasionan los jabalíes, pero como es en época de veda, la autorización para eliminarlos ha de ser extraordinaria, con los gastos que ello supone».

Óscar Alcat de Isaba, afectado por la caza con nieve, indica que «tras una primera lectura del borrador de la Orden de Daños opina que para una oportunidad de hacer una normativa lógica y que soluciones realmente los problemas, volvemos a las andadas del mundo burocrático, nuevamente para poder disponer de una autorización excepcional por daños.

Acat continua diciendo: «Vamos a tener que hacer todo tipo de tramitaciones, y encima a pago, los 15 o 30 cm de nieve son medidas que la obligatoriedad del guarda en las autorizaciones, se entiende que sobran, ¿no sería más fácil hacer constar en la Orden de Vedas que en la zona pirenaica que los días de nieve hasta 30 cm se podrá cazar sin problemas, siempre y cuando los niveles de población de jabalí lo permita?».

Por último, Óscar dice que «en mi opinión, la Orden que se pretende no va a solucionar el problema de la caza con nieve en el Pirineo, que debería tener una excepción en la orden de vedas semejante a lo regulado a nuestros vecinos de Aragón».

José Mari Agramonte, vicepresidente de ADECANA, opina que «con la implantación del Canal de Navarra, la agricultura de la zona de afección del mismo está cambiando mucho, siendo cada vez más intensiva, y por ello, la sociedad navarra tiene que adecuarse a ello y buscar soluciones a los problemas que ello está generando medioambientalmente, pero para ello hay que aplicar el sentido común».

Jose Mari añade que «hoy en día con el aumento de plantaciones que mejoran el alimento de las especies cinegéticas, no podemos pensar que no va hacer daños, sino que estos se van a incrementar, y por lo tanto hay que aplicar el sentido común… El bienestar social y el progreso tiene que llevar aparejado un cambio de gestion en la responsabilidad y en el control de los daños, no teniendo que cargar con ello en exclusiva los cazadores, sino la sociedad en su conjunto.

Agramonte finaliza afirmando que «frente a la falta de previsión de las afecciones que podía causar la implantación del Canal de Navarra, ahora es el momento de proceder a subsanarlos y distribuir las obligaciones y colaboración entre todos los sectores de la sociedad».


José Ignacio Herce Álvarez: «La moda de caza es un valor añadido»

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El entrevistador entrevistado. José Ignacio Herce Álvarez (JIH) es un humanista, tan sólo en referencia a nuestro sector, al mundo rural, toca tres palos: la caza, el tiro y los toros. Ya tendremos ocasión de intentar hacer la ‘competencia’ a sus coloquios, algo que se antoja complicado, porque empatiza de tal manera con los entrevistados que son difíciles de superar; entonces trataremos los aspectos profesionales o su encomiable labor pro víctimas del terrorismo.

En esta ocasión, partiendo de la caza, el tiro y los toros, queremos llegar a que nos hable de la Pasarela de la Moda Caza y Campo, que se celebrará el próximo jueves 27 de junio, y de la que es uno de sus máximos promotores.

CyS: ¿Caza, tiro y toros? ¿Por este orden?

JIH: La verdad es que es difícil ordenarlo, la caza en temporada, los toros en veda de caza y el tiro cuando se va terciando… así tenemos el año completito.

CyS: ¿Cómo te inicias en estas aficiones?

JIH: En la caza de pequeño con mis primos en tierras abulenses, dándole a conejos, liebres… A la montería fui más tardío, ya me remonto a mis tiempos universitarios con 17-18 años y como organizador desde los 25 a los 40, más o menos.

El tiro surgió como un complemento, como relax a la actividad profesional, ya que a la hora de comer me acercaba al campo de tiro y después continuaba la jornada. Más adelante, cuando mi hijo comenzó a tirar, me metí más en el tema y empecé a competir.

Los toros van unidos a la familia, tanto la propia como la política, mi suegra tiene algunos brindis del propio Manolete… y eso en una suegra es mucho (ríe).

CyS: ¿Qué es lo que más te gusta de la caza, qué modalidades prefieres? ¿Cazas mucho actualmente?

JIH: Fundamentalmente, la caza mayor, aunque no desprecio un buen ojeo de perdices. Cazo mucho menos de lo que querría por circunstancias personales y profesionales que me limitan mucho las salidas a cazar. Atrás quedaron mis épocas de empresario cinegético en la que disfruté y padecí mucho… como todo orgánico que se precie.

CyS: ¿Cómo ves el futuro de la caza?

JIH: La caza como tal nunca desaparecerá, otra cosa es el futuro de la caza como la conocemos. Si no se hace nada en serio y de manera continuada, el avance animalista seguirá calando en esa sociedad enmarcada en el buenismo. Por otra parte, la existencia de formaciones políticas con conceptos contrarios a la caza y con posibilidades de ejercer el poder, la pueden hacer peligrar tal y como la conocemos, insisto, en un futuro a medio-largo plazo. Lo mismo que a algunos «…aún les quedará París», a la caza el futuro le quedará el apellido «de gestión», algo incuestionable, pero que deberá ir unido a criterios económicos y sociales. Aquello de que «no puede desaparecer» porque sí, no vale, hay que luchar para que no desaparezca desde todos los sectores implicados en la actividad cinegética.

«La caza como tal nunca desaparecerá, otra cosa es el futuro de la caza como la conocemos. Si no se hace nada en serio y de manera continuada, el avance animalista seguirá calando en esa sociedad enmarcada en el buenismo»

CyS: Como presidente del Club de Tiro Olímpico Alcor, ¿qué aporta esta práctica deportiva? ¿Cómo es su situación actual, hay muchos practicantes?

JIH: Tiene una doble vertiente, la lúdica y la deportiva. El ir al campo de tiro a tirar al plato o a hacer tiro de precisión sin más, nos sirve de relajación y evasión del día a día. La práctica deportiva a nivel competición ya exige una dedicación mayor y, como consecuencia, mayor esfuerzo. Sobre todo algo en lo este deporte destaca es en el aumento de la capacidad de concentración, algo muy bueno especialmente para los estudiantes.

Creo que es una práctica en alza, en algunos casos sustitutiva o como complementaria de otras. También nos sirve preparación para la afinar armas y puntería de cara a la temporada de caza.

En el caso del tiro olímpico de precisión, en la escuela de tiro del club tenemos más de 40 alumnos lo que hace pensar en que hay afición y, sobre todo, relevo, lo que es mucho decir en estos tiempos en que todo lo que se relacione con las armas da grima a muchos padres.

Para que tengas una referencia, te puedo decir que solo en la Comunidad de Madrid somos casi 5.000 federados.

CyS: Y de la tauromaquia ¿qué nos puedes decir? Sigue habiendo mucha afición y grandes toreros, ¿no?

JIH: Al igual que la caza, se viven tiempos difíciles por lo dicho anteriormente. Esta humanización de los animales, que desemboca en el buenismo antes mencionado, hace que la sociedad se ponga en contra de todo aquello que lleve aparejado la muerte del animal, y en los toros, salvo contadas excepciones, la suerte de matar es parte consustancial de la fiesta. En cuanto a la afición no creo que haya decrecido, pero quizá ahora haya más espectadores que verdaderos aficionados. Es una lástima que tengamos que mirar hacia Francia para ver lo que es realmente afición. Antes en las fiestas de los pueblos nunca faltaba la corrida, ahora hay otras actividades que tiran más de los jóvenes y no debemos olvidar que ahí está la base de la tauromaquia y que nunca se debería de perder. Los ayuntamientos deberían fomentar más novilladas para crear afición y toreros.

Claro que hay grandes toreros, el problema es que, con carácter general, los grandes no tiran como debían de hacerlo en favor de la fiesta… se prodigan poco, eluden las ganadería duras… hay que dar emoción a la fiesta, no puede ser que cada vez más cueste acabar una corrida sin bostezar…

CyS: Pero aquí hemos venido a ‘hablar de tu libro’. ¿Cómo surge la idea de la Pasarela de la Moda Caza y Campo?

JIH: Hace años, cuando me ocupaba de los programas de caza del Hotel Ritz de Madrid, estuve a punto de montarlo allí, pero por circunstancias no se llevó a cabo.

Pero me quedó la espinita clavada y hace un par de meses, en una conversación con mi buen amigo José María Losa Reverte, presidente del SCI Iberian Chapter, se lo comenté, le ilusionó y nos lanzamos al proyecto.

CyS: ¿Quiénes y qué organismos están implicados en su organización?

JIH: Los principales organizadores son José María Losa desde el SCI Iberian Chapter, el Estudio Jurídico José Ignacio Herce Maza, más conocido por el Jr. (ríe) y Radio Intereconomía a través del programa Caza, Pesca y Naturaleza que dirige Marcos Ruiz. A este grupito se suma nuestro querido Laureano de las Cuevas como coordinador del evento. Además hay muchos colaboradores como Mercedes Benz Madrid, Cárnicas Dibe, la D. O. Vinos de Madrid, Caza y Safaris, Excopesa, Real Club de Monteros y más… que no enumero en su totalidad porque seguro que me dejo a alguno.

«La entrada es libre, salvo a la pasarela que al tener aforo limitado de asientos hay que confirmar asistencia primero en salonmodacaza@gmail.com. No obstante, se podrá ver de pie»

CyS: ¿Dónde se va a celebrar y en qué va a consistir la Pasarela?

JIH: La Pasarela se va a celebrar el próximo jueves 27 de junio en las instalaciones de Mercedes Benz Madrid, calle Don Ramón de la Cruz nº 105, 28006 Madrid.

Fundamentalmente, en dar a conocer la moda de caza y campo, otro aspecto muy importante de nuestro mundo rural. Para ello, contaremos con una serie de actividades que comenzarán las 17:30 horas y finalizarán a las 21:30, para poder ir a trabajar al día siguiente en condiciones.

Tendremos un show room durante toda la tarde donde las primeras marcas de ropa y accesorios de moda de caza y campo expondrán sus piezas, amigos como Pablo Ortega que firmará ejemplares de sus libros y habrá diferentes estands de varias organizaciones. A eso de las 19:00 horas habrá una mesa redonda moderada por José Ignacio Herce Jr., para hablar sobre el futuro de esta moda y que contará con la presencia de Mer Sánchez, José Luis Lopez-Schummer, Nazaret Jiménez Pilar Escribano, entre otros. Posteriormente, se celebrará la pasarela propiamente dicha y finalizaremos con un vino español acompañado de una degustación de carne de caza.

CyS: ¿Es la entrada libre?

JIH: A todo salvo a la pasarela que al tener aforo limitado de asientos hay que confirmar asistencia primero en salonmodacaza@gmail.com. No obstante, se podrá ver de pie.

«La estética del campo y de la caza es algo que ha marcado moda desde hace mucho tiempo aunque no nos hayamos dado cuenta. Tomemos como ejemplo las chaquetas austriacas, el tejido loden, los husky, etc., etc.»

CyS: ¿Marca tendencia la moda de caza y campo?

JIH: Por supuesto, la estética del campo y de la caza es algo que ha marcado moda desde hace mucho tiempo aunque no nos hayamos dado cuenta. Tomemos como ejemplo las chaquetas austriacas, el tejido loden, los husky, etc., etc.

Además, no hay cosa más agradable que una cacería o una jornada de campo con el personal bien vestido, como en cualquier otra actividad de la vida, todo sea dicho…

CyS: Háblanos algo acerca de la ropa técnica. Hoy en día quien pasa frío o se moja en el campo es porque quiere, ¿no?

JIH: Más o menos porque ya tienes hasta ropa calefactada… ya no solamente es que no pasas frío, es que nos ‘rompemos’ antes nosotros que este tipo de prendas, como podremos ver en la pasarela. Los tejidos han mejorado de una manera increíble, son duraderos, silenciosos, cómodos y, por supuesto, con diseño.

«La caza siempre ha sido solidaria y nuestra Pasarela no podía ser menos, así los beneficios obtenidos de la rifa de los regalos que donan los expositores y colaboradores se donarán a Mas+ Ayuda y Solidaridad, cuya finalidad es elaborar, promover y ejecutar programas de cooperación al desarrollo en países como Gambia, una de los más pobres de África»

CyS: Parece que la industria textil española dedica mucho interés a la ropa de caza y campo, incluso hay empresas dedicadas casi en exclusiva a ella, ¿no es así?

JIH: Ciertamente, y una buena muestra de ello lo veremos en la pasarela. Buenos ejemplos son ONCA, Pasión Morena, 4 HUNTERS… Accesorios como Rey Pavón, la joyería de El Aguardo y de Joyas de Caza, son buena muestra de ello. Y para comparar estilos y calidades tendremos la oportunidad de ver marcas austriacas y suecas en nuestra Pasarela.

CyS: Por último, los beneficios que se obtengan de la Pasarela serán donados a una ONG, ¿verdad?

JIH: La caza siempre ha sido solidaria y nuestra Pasarela no podía ser menos, así los beneficios obtenidos de la rifa de los regalos que donan los expositores y colaboradores se donarán a Mas+ Ayuda y Solidaridad, cuya finalidad es elaborar, promover y ejecutar programas de cooperación al desarrollo en países como Gambia, una de los más pobres de África. CyS

Real Club de Monteros. Entrega de los premios Foxá y Personalidad Venatoria a Gerardo Pajares y Miguel de Oriol

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Gerardo Pajares recibió el Premio Literario Jaime de Foxá de manos de S.A.R. Doña Teresa de Borbón.

Como viene siendo habitual, el pasado 20 de junio, en las instalaciones del Real Club Puerta de Hierro de Madrid, el Real Club de Monteros (RCM) entregó sus reconocidos premios Literario Jaime de Foxá y Personalidad Venatoria.

Magníficos el cóctel y la comida, en la sobremesa de ésta, Rodrigo Moreno de Borbón, vicepresidente del RCM, hizo las veces de moderador.

César Fernández de la Peña proclamando el ganador del Premio Literario Jaime de Foxá.

Tomó la palabra como secretario del jurado ‘del Foxá’, César Fernández de la Peña, «finalmente, el jurado acordó por mayoría conceder el Premio Literario Jaime de Foxá en su edición de 2018 a don Gerardo Pajares Bernaldo de Quirós por su artículo titulado Réquiem por el gran señor del bosque, publicado en ABC el 6 de abril de 2018».

Ramón Pérez-Maura durante su alocución.

Después, el presidente del jurado, Ramón Pérez-Maura, dijo, entre otras cosas, que «enseguida se produjo el consenso de una mayoría del jurado en apoyo del artículo de Gerardo Pajares sobre el urogallo, Réquiem…, confieso que yo no pude votar por ese texto porque había sido publicado en ABC por encargo mío y me parecía poco ético, pero mi abstención era meramente formal», añadiendo que «cómo era posible que otorgáramos el premio a un artículo sobre una especie que no se puede cazar, pero creo que la mayoría vimos que precisamente por eso era tan importante este artículo, porque explica con claridad al lector como la veda total de la caza del urogallo impuesta en 1979 está llevando a la desaparición de esta especie». Acabó haciendo una glosa del galardonado, «es uno de los cazadores más completos de España, tiene pasión por las especies de pluma y es también aficionado a la caza con arco, yo creo que no se puede pedir más, todo ello lo complementa con su afición a escribir sobre la caza y la naturaleza».

Rodrigo Moreno de Borbón moderó la entrega de galardones.

A continuación, S.A.R. Doña Teresa de Borbón hizo entrega del Premio Literario Jaime de Foxá a Gerardo Pajares.

Gerardo Pajares: «…de ese modo el gran señor del bosque pasó de alguna manera a formar parte de mi identidad espiritual como cazador».

Gerardo, cómo no, inició su discurso refiriéndose al corzo: «He dedicado una parte intensa y muy importante de mi vida, y de la de mi familia, al corzo y sus circunstancias… reconozco que esta especie nos ha sido muy útil, –por ejemplo–, en la recuperación, debo remarcarlo, la recuperación de una ética en la caza que impone un animal libre en un campo sin barreras», pero «hoy confieso que lo que hace que mi corazón de cazador se desboque son los animales de pluma, para mi nada hay comparable a la vivencia de ver una pareja de pointers corriendo por las sierras inabarcables del occidente de Asturias, donde la perdiz no conoce ribazos ni linderos». Después hizo un canto a la ensoñación, a las narraciones que su madre cuando niño sobre las andanzas de su abuelo Ignacio Bernaldo de Quirós, «…o los faisanes en Casomera, faisán en Asturias es urogallo… alimentaron mi imaginación infantil. Entre aquellos relatos de mi madre, los dedicados al urogallo conformaron en mi mente un particular bestiario mágico… más adelante, con motivo del regreso a la Asturias de mis ancestros, tomé contacto con viejos cazadores, guardas y furtivos, cuyas historias realimentaron esos sueños, de ese modo el gran señor del bosque pasó de alguna manera a formar parte de mi identidad espiritual como cazador. Creo además que los cazadores, tristemente, compartimos con el gallo el mismo sino, un futuro incierto y fatal, sin saber por qué nos vemos abocados a un futuro incierto entre el desinterés cuando no la incomprensión o algo peor de la comunidad que nos rodea, el proceso de extinción a veces se me antoja inexorable».

Gerardo Pajares: «Creo además que los cazadores, tristemente, compartimos con el gallo el mismo sino, un futuro incierto y fatal, sin saber por qué nos vemos abocados a un futuro incierto entre el desinterés cuando no la incomprensión o algo peor de la comunidad que nos rodea, el proceso de extinción a veces se me antoja inexorable»

Reyes Artiñano presentando al ganador del Premio a la Personalidad Venatoria 2018.

A continuación la secretaria del RCM, Reyes Artiñano Rodríguez de Torres, dijo que «el ganador de la vigésimo séptima edición de este premio ha sido seleccionado por su trayectoria como cazador de reconocido prestigio, por su defensa a ultranza de mundo rural, sus gentes y su medio de vida y por su magnífica actividad como gestor de fincas de caza de nombre ya mítico como Santa Mª del CarmenEl TarayEl Zumajo, ¡enhorabuena!».

Íñigo Moreno de Arteaga, marqués de Laserna, glosó la figura de Miguel de Oriol e Ybarra.

Tomó entonces la palabra el presidente de honor del RCM, Íñigo Moreno de Arteaga, marqués de Laserna. Tras una referencia a la grandeza e importancia de este premio, continuó diciendo que «en el caso de Miquelo, el premio podría llamarse sencillamente a la personalidad y quizá así el titulo estaría más adecuado a la realidad, Miquelo tiene una enorme personalidad». Después, sin tapujos, comparó a Miguel de Oriol e Ybarra con Brunelleschi, al ser dos de los pocos arquitectos que han cambiado la fisonomía de la ciudad en la que viven, el primero con la plaza de Oriente de Madrid y el segundo con la cúpula de la catedral de Florencia. Después, cómo no, llegó los aspectos cinegéticos, desde los lagartos en el muro de la Casa de Campo a las expediciones a África o a las altas cumbres, aunque Laserna concluye que «de todas las modalidades de la cacería, había una que para Miquelo suponía la suma de todas, las acuáticas», para hacer una última mención a la brillante gestión cinegética llevada a cabo por el premiado.

Entrega del Premio Personalidad Venatoria.

Acto seguido, S.A.R. Doña Teresa de Borbón hizo entrega del Premio Personalidad Venatoria 2018 a Miguel de Oriol.

Miguel de Oriol: «El cazador no caza para matar, sino para que exista la misión que tiene que cumplir, equilibrar».

Lo decía el propio Real Club de Monteros en su comunicado en referencia al galardonado: «Miguel de Oriol ha sido y es un icono de la actividad cinegética en España, un espejo en el que muchos jóvenes que empiezan a caminar por los vericuetos de la actividad venatoria pueden mirarse para comprender más y aprender a amar mejor el mundo de la caza, un ejemplo para todos». Miguel habló de su niñez en la posguerra: «Donde nosotros habíamos empezado a sentir, era aquí al lado, en La Rinconada… cazábamos, de furtivos, con ocho o nueve años, con escopetillas muy ligeras, conejos». También habló de su relación con los albañiles que estaban restaurando la casa en la que vivían antes de la guerra y de sus andanzas con su hermana, «yo tenía una hermana muy valiente, muy particular, que iba para guapa, que se llamaba Gracita». Salían a ver a los albañiles, que en ese tiempo de verano guisaban una carne blanca, con unos lomos que parecían lenguados, a los que invitaban los hermanos, y que no era otra cosa que lagarto, de tal guisa que Gracita y Miguel, y especialmente éste, se convirtieron en cazadores de lagartos con mucho ingenio. Evocaciones a un gorrión blanco que de niño veía en el colegio o a la aves que ‘están hechas’ para ser admiradas, para desembocar en la cinegética: «El cazador no caza para matar, sino para que exista la misión que tiene que cumplir, equilibrar. ¿Qué ha pasado en Pecholandia –antiguo nombre de Botsuana–? Sabéis que cortaron la caza hace cuatro o cinco años, los 180.000 elefantes han barrido Pecholandia y han tenido que volver a abrir la caza porque sino desaparecía el país».

«Miguel de Oriol e Ybarra ha sido y es un icono de la actividad cinegética en España, un espejo en el que muchos jóvenes que empiezan a caminar por los vericuetos de la actividad venatoria pueden mirarse para comprender más y aprender a amar mejor el mundo de la caza, un ejemplo para todos»

Carmen Basarán Conde: «desde la junta queremos trabajar codo con codo defendiendo aquello que nos une, no lo que nos separa, que no es sino la montería, el mundo rural y el campo español».

Como no podía ser de otra manera, la presidenta del Real Club de Monteros, Carmen Basarán Conde, cerró el acto. Dio las gracias a los presentes, a los premiados, a Íñigo en su condición de presidente honorífico del RCM y a Leica por su patrocinio, pidió un aplauso para el maestro Mariano Aguayo, «para una persona que es un ‘premiado Foxá’, pero que probable podría serlo por los tres conceptos que tenemos en el Club». Tuvo «un recuerdo muy especial para cuatro personas que hoy nos acompañan desde el cielo: Juancho Vilola, Ramón Estalella, Carlos Gómez Arroyo y José Antonio Rein, todos muy queridos por el Club». Tras comentar las actividades del club, confirmó que «continuamos con todos los convenios y los compromisos adquiridos con la Fundación Amigos Águila Imperial, Proyecto Aequilibrium… hemos reforzado el hermanamiento con la Hermandad de San Huberto, y en lo que sí estamos incidiendo bastante en en la declaración de la montería como Bien de Interés Cultural». Para finalizar diciendo que «desde la junta queremos trabajar codo con codo defendiendo aquello que nos une, no lo que nos separa, que no es sino la montería, el mundo rural y el campo español, os invito a decir conmigo: ¡Viva la montería española! ¡Viva España! ¡Viva el Rey!».

Meterse en camisa de once varas. Por Antonio Conde

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Sentencia del Constitucional sobre los daños de los conejos procedentes de las infraestructuras viarias del estado.

Como en las comunidades autónomas no se hacen muchas leyes, ni hay práctica, ni escuela, pero en cambio hay muchas ganas de lucirse, cuando una consejería aborda la redacción de una ley, les entra un orgullo infantil a los encargados que muchas veces sorprende. Eso, o se lo encargan a un despacho de abogados muy caro, que copia y refunde tres leyes autonómicas previas y cobra una millonada por tal actuación, más propia de Pedro Sánchez como doctorando que de un profesional serio.

La parte del orgullo infantil es la que motiva muchas veces errores jurídicos de bulto. Puedo poner como ejemplo esa bárbara redacción del proyecto de Ley en la que se incluía ese disparatado calificativo de derecho a cazar como “derecho real” del artículo 2 que causaba sonrojo a cualquier persona con unos mínimos conocimientos de Derecho Civil. Puedo decir orgullos que participé de forma personal en su modificación. Antes de que llegase a su aprobación definitiva. No obstante, eso de la diferenciación entre derechos reales y personales excede este artículo y el interés del medio donde se publica. Centrémosnos en el tema de la anulación del segundo párrafo del artículo 8 de la Ley de Caza de Castilla La Mancha. Sentencia 79/2019 del Tribunal Constitucional.

Esta sentencia anula el artículo 8.2, pero no de forma completa, sino que marca la interpretación que debe dársele para poder considerar dicho precepto constitucional. Este detalle es absolutamente sustancial para entender la verdadera trascendencia de dicha sentencia.  

De lo que no quieren darse cuenta muchos legisladores regionales es que tienen límites competenciales. Y lo que muchas veces no son capaces de saber es la naturaleza civil o administrativa del contenido de muchos preceptos. Así, pese a que la Ley de Caza es una ley básicamente administrativa, establecer regulaciones sobre responsabilidades frente a terceros por daños constituye normativa civil, en la que Castilla-La Mancha, como la mayoría de las CCAA, no tiene la más mínima competencia. Pese a ello, ya la Ley de Caza de CLM de 1993 establecía en su artículo 17 que:

Los titulares cinegéticos serán responsables de los daños causados en las explotaciones agrarias por las piezas de caza que procedan de sus acotados. Subsidiariamente serán responsables los propietarios de los terrenos que conforman el coto.

Y pasó de largo por varias razones. La primera es que eran otros tiempos, donde sólo se atacaban las intrusiones competenciales “sustanciales”, y la caza de CLM era una nimiedad, sobre todo teniendo en cuenta que esa redacción venía a copiar el régimen de responsabilidad de la Ley de Caza de 1970, de carácter estatal. En cualquier caso, yo siempre defendí que la incompetencia para legislar implicaba la obligación de NO legislar y que no se cumplía simplemente por no legislar de forma diferente, entre otras cosas porque eso podría dar lugar a futuros conflictos si el legislador estatal regulase en el futuro esa responsabilidad de otra forma.

Como los polvos suelen traer lodos, el legislador del 2015 se despachó de la siguiente forma en la regulación de las responsabilidades:

Artículo 8. Responsabilidad por daños causados por especies cinegéticas.

  1. En cuanto a la responsabilidad por los daños de accidentes que provoquen especies cinegéticas por irrupción en las vías públicas, se estará a lo dispuesto en la legislación estatal.
  2. En cuanto a la responsabilidad por daños causados por las especies cinegéticas en la agricultura, terrenos forestales o a la ganadería regirán las siguientes reglas:
  3. a) La responsabilidad será del titular del aprovechamiento del terreno cinegético del que procedan, salvo pacto en contrario entre este y el titular del terreno en los términos que establece el Código Civil.
  4. b) La responsabilidad en Zonas de Seguridad cuando procedan de animales cinegéticos, será de la Entidad o Administración por cuya causa se establece la Zona de Seguridad, salvo acuerdo o pacto en contrario entre la Entidad o Administración y el titular del terreno o titular del aprovechamiento cinegético.
  5. c) La responsabilidad por los daños producidos por especies cinegéticas en los terrenos con prohibición o suspensión de la actividad cinegética, será de quien haya promovido su declaración, salvo en el caso de que la suspensión se imponga como sanción o sentencia judicial firme, en cuyo caso la responsabilidad recaerá sobre los declarados responsables.
  6. No obstante lo anterior, de los daños causados por las especies cinegéticas responderá la Administración si esta hubiese denegado las solicitudes de autorizaciones excepcionales para control de poblaciones formuladas por el titular del aprovechamiento o los propietarios de los terrenos, o de quien ellos legalmente designen, al amparo del artículo 28 de esta ley.
  7. Queda exceptuado de lo anterior, la responsabilidad cuando el daño haya sido debido a culpa o negligencia de quien haya sufrido el perjuicio o de un tercero ajeno a quien es titular de la explotación o por causa de fuerza mayor.

El Estado ya anunció su oposición a esta regulación, por lo que el legislador regional, aprovechando la reciente modificación de la Ley de Caza, procedió a la siguiente redacción:

Artículo 8 Responsabilidad por daños causados por especies cinegéticas

  1. En cuanto a la responsabilidad por los daños de accidentes que provoquen especies cinegéticas por irrupción en las vías públicas, se estará a lo dispuesto en la legislación estatal.
  2. Los titulares cinegéticos serán responsables de los daños causados en las explotaciones agrarias por las piezas de caza que procedan de sus acotados. Subsidiariamente serán responsables los propietarios de los terrenos que conforman el coto.

La responsabilidad de la indemnización por los daños agrícolas, forestales o ganaderos producidos por especies cinegéticas provenientes de zonas de seguridad motivadas por la existencia de autopistas, autovías, líneas férreas o infraestructuras hidráulicas, será del titular de la infraestructura. Dicho titular será, además, el responsable de controlar en la zona de seguridad las especies cinegéticas que provoquen este tipo de daños.

Y es la parte que pongo en cursiva la que ha sido anulada/explicada por el Tribunal Constitucional.

Pero eso no calmó a la Administración estatal, lo que ha derivado en la sentencia del Tribunal Constitucional que ahora nos ocupa.

Lo más curioso es que el planteamiento del recurso de inconstitucionalidad se ha centrado en la regulación de la responsabilidad que pudiera afectar a organismos estatales, en vez de atacar directamente a la invasión competencial que supone regularla, sea de una u otra forma o con una u otra extensión y aplicabilidad a personas u organismos concretos. No me parece que sea la forma más correcta de utilizar los medios de control constitucional el hacerlo sólo en atención a afecciones concretas, porque la principal afección es al orden constitucional, pero es lo que hay.

Tras esa sentencia se ha dicho que “el Estado ya no pagará” por los daños causados por las especies cinegéticas que habiten en terrenos de su propiedad, pertenecientes a sus infraestructuras viarias ¿es esto cierto? Sinceramente creo que no.

La sentencia del Constitucional, que se ajusta a lo que le han planteado, considera que se invade la competencia exclusiva del Estado sobre la regulación del procedimiento administrativo común, del que forma parte el régimen de responsabilidad de las Administraciones Públicas. La redacción de la Ley de Caza lo que establecía era una responsabilidad objetiva, en atención a la titularidad de los terrenos, mientras que la responsabilidad administrativa deriva de que esta “sea consecuencia del funcionamiento normal o anormal de los servicios público”.

La postura del letrado que defendió la postura de Castilla La Mancha fue brillante, mucho más que la del legislador, hasta el punto de que logró meter con calzador una interpretación, tan lógica y coherente, que no se comprende que no hubiera sido incluida en la propia ley tras su reciente modificación, sabedores ya de que el Estado no iba a tragar con el criterio de la responsabilidad en base a la titularidad administrativa. ¿Cuál es esta? Simplemente que lo que establecía la Ley de Caza era la obligación de los propietarios de los terrenos, aunque no fuesen cinegéticos, de mantener un control de las poblaciones animales existentes en los mismos. La responsabilidad de la Administración derivaría de esa falta de control, que no de su simple titularidad. Es decir, volvemos a la lógica del artículo 1906 del Código Civil, que establece lo siguiente:

El propietario de una heredad de caza responderá del daño causado por ésta en las fincas vecinas, cuando no haya hecho lo necesario para impedir su multiplicación o cuando haya dificultado la acción de los dueños de dichas fincas para perseguirla.

La diferencia entre la responsabilidad por daños de animales de caza entre un titular de caza y la Administración es que, a los titulares se les aplica una responsabilidad objetiva, (es decir, es responsable si se produce el daño, con independencia de que haya sido un dejado o muy diligente en la evitación de los daños), mientras que a la Administración sí se le hace ese juicio de culpa y/o negligencia y, sobre todo, sobre si esos daños son o no consecuencia directa del funcionamiento de los servicios públicos. Es injusto, pero es así, al no poder extenderle los criterios de responsabilidad objetiva de la Ley de Caza de 1970, que sólo regulan la responsabilidad de los titulares cinegéticos y de los propietarios de terrenos cinegéticos.

Para mejor exposición y toma de juicio de los lectores, considero imprescindible trasponer el párrafo del fundamento 6º de la sentencia, que es el que marca la interpretación que debe darse a ese párrafo 2º del artículo 8º para poder considerarlo constitucional.

Ahora bien, de la lectura conjunta de la regulación impugnada puede extraerse otra conclusión. En la misma se establece no solo la obligación de indemnización, sino también la obligación de los titulares de determinadas infraestructuras (autopistas, autovías, líneas férreas o infraestructuras hidráulicas) de controlar las especies cinegéticas que provocan daños agrícolas, forestales o ganaderos, y que habitan en las zonas de seguridad como consecuencia de la existencia de dichas infraestructuras. Esta regulación hace entender que en las zonas de seguridad de determinadas infraestructuras proliferan especies cinegéticas que causan daños agrícolas, forestales o ganaderos. De ahí que se imponga a los titulares de dichas infraestructuras la obligación de adoptar las medidas necesarias para controlar a estas especies cinegéticas y, en consecuencia, evitar que causen dicho tipo de daños. Así podría entenderse que se establecería una relación de causalidad entre el funcionamiento de los servicios públicos, obligación de controlar determinadas especies cinegéticas y el daño que produzcan las mismas. (subrayado mío).

De ello se infiere que el precepto examinado no impide la aplicación de la regulación estatal. Ha de interpretarse a la luz de lo dispuesto en el art. 32 LRJSP, de tal forma que el mismo no excluye la concurrencia de los requisitos establecidos en la norma estatal, por lo que la obligación de indemnización prevista en el precepto impugnado solo surge cuando los daños son atribuibles al funcionamiento del servicio público. En definitiva, la norma autonómica prevé un supuesto de responsabilidad patrimonial del titular de la infraestructura por daños agrícolas, forestales o ganaderos producidos por especies cinegéticas provenientes de zonas de seguridad motivadas por la existencia de autopistas, autovías, líneas férreas o infraestructuras hidráulicas, que surgirá siempre y cuando concurran los elementos previstos en el art. 32 LRJSP. Esta interpretación se llevará al fallo.

Analicemos entonces el fallo:

Estimar parcialmente el recurso de inconstitucionalidad interpuesto por el presidente del Gobierno y, en consecuencia:

a) Declarar que el párrafo segundo del art. 8.2 de la Ley 3/2015, de 5 de marzo, de caza de Castilla-La Mancha, en la redacción dada por el artículo primero, apartado 5 de la Ley 2/2018, de 15 de marzo, por la que se modifican la Ley 3/2015, de 5 de marzo, de caza de Castilla-La Mancha y otras normas en materia medioambiental y fiscal, es inconstitucional en la medida que sea aplicable a las infraestructuras de titularidad estatal.

b) Declarar que el párrafo segundo del art. 8.2 de la Ley 3/2015, de 5 de marzo, de caza de Castilla-La Mancha, en la redacción dada por el artículo primero, apartado 5 de la Ley 2/2018, de 15 de marzo por la que se modifican la Ley 3/2015, de 5 de marzo, de caza de Castilla-La Mancha y otras normas en materia medioambiental y fiscal, no es inconstitucional interpretado en los términos del fundamento jurídico 6.

¿Qué quiere decir esto? Pues que el artículo 8.2 se puede aplicar en el sentido de considerar la responsabilidad de la Administración, que no sea el estado, incluyendo una responsabilidad objetiva en atención a la titularidad, esto es, que si las infraestructuras son de una diputación o de una entidad local, es constitucional. Asimismo, que sí son de titularidad estatal, también es constitucional, pero supeditando esa reclamación al previo juicio de responsabilidad establecido en el artículo 32 de la Ley 40/2015.

¿Por qué sólo hace referencia a la titularidad estatal? Simplemente porque es en ese sentido en el que se ha planteado el recurso de inconstitucionalidad, algo así como “que otras administraciones defiendan sus intereses, que yo, el estado recurrente, vengo a defender estrictamente los míos.”

Insistiendo en que la habilidad del letrado de Castilla-La mancha ha salvado los muebles, lo que no comprendo es por qué nadie hizo caso a muchos, que decíamos que no se podía regular la responsabilidad, pero sí establecer obligaciones concretas, que luego serían las que permitieran construir una reclamación, bien en base al artículo 1902 del Código Civil (en el caso de particulares), bien en base al artículo 32 de la Ley 40/2015 (hoy) y desde antes en la Ley 30/1992 (arts. 139 y siguientes) y Real decreto 429/1993.

Lo anterior lo digo porque, como ha reconocido el Tribunal Constitucional, Castilla La Mancha sí tiene competencias normativas para regular cuales son las obligaciones sobre control de especies cinegéticas. Hubiera sido tan fácil como cambiar los términos de “responsabilidad por daños producidos por especies cinegéticas” por el de “obligación de control de especies cinegéticas en previsión del control de daños”. Parece una tontería, pero es sustancial porque, como dice el dicho, no es lo mismo tirarse de un balcón en la calle de Claudio Coello que coger a Claudio por el cuello y tirarle por el balcón.

Un artículo de Antonio Conde Bajén

Andalucía autoriza la caza de conejos por sobrepoblación y daños en Córdoba, Jaén, Málaga y Sevilla

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La Junta de Andalucía ha autorizado la caza de conejo silvestre en varias localidades de las provincias de Córdoba, Jaén, Málaga y Sevilla por la superpoblación de los mismos y los daños que están originando en el campo.

La Consejería andaluza de Agricultura ha indicado en el BOJA que existen poblaciones localmente altas que ocasionan daños localizados en términos municipales incluidos en el Área Cinegéticas del Valle del Guadalquivir, lo que ha llevado a declarar medidas cinegéticas excepcionales para el control de daños en términos municipales de dichas provincias.

La resolución estará vigente hasta que termine la próxima temporada de caza 2019/2020, aunque podría suspenderse, en parte o completa, en el momento en el que se constate que han desaparecido las causas que han motivado su declaración.

Medios de captura que podrán aplicarse:
1. Captura en vivo con hurón y redes y/o mediante capturadero.
Las capturas en vivo podrán realizarse durante toda la temporada de caza 2019-2020.
2. Armas de fuego. El período hábil se amplía desde el 24 de noviembre hasta el 26 de abril, siendo hábiles jueves, sábados y domingos. Con carácter general, el número máximo de cazadores será de 5 por cada 250 ha en cada jornada, pudiendo incrementarse en 2 más por cada fracción de 100 ha. No obstante, en aquellos terrenos cinegéticos donde la intensidad de los daños ocasionados requiera un mayor esfuerzo en la gestión, a instancias del titular del coto de caza se podrá modificar dichos valores mediante la correspondiente autorización de la delegación territorial.
Para el empleo de perros, el período hábil se amplía desde el 24 de noviembre hasta el 9 de febrero, no pudiendo utilizarse más de tres perros por persona cazadora.
3. Uso de aves de cetrería. El período hábil se amplía desde el 24 de noviembre hasta el 26 de abril, siendo hábiles los jueves, sábados y domingos.
Todo lo anterior, se entiende sin perjuicio de la posibilidad de utilizar otros medios de captura que se autoricen excepcionalmente por las Delegaciones Territoriales competentes.

Relación de términos municipales afectados:
Córdoba: Moriles, Puente Genil, Santaella y Villanueva del Duque.
Jaén: Andújar (la zona situada al sur de la línea definida por el río Guadalquivir), Arjona, Arjonilla, Baeza, Begíjar, Canena, Cazalilla, Espelúy, Fuerte del Rey, Higuera de Calatrava, Ibros, Jabalquinto, Jaén, Jimena, Lahiguera, Lopera, Lupión, Mancha Real, Marmolejo (la zona situada al sur de la línea definida por el río Guadalquivir), Martos, Mengíbar, Porcuna, Rus, Sabiote, Santiago de Calatrava, Torreblascopedro, Torredonjimeno, Torreperojil, Úbeda, Villanueva de la Reina (la zona situada al sur de la línea definida por el río Guadalquivir) y Villatorres.
Málaga: Alameda, Almogía, Antequera, Archidona, Campillos, Cuevas Bajas, Cuevas de San Marcos, Fuente de Piedra, Humilladero, Mollina, Sierra de Yeguas, Teba, Villanueva de Algaidas, Villanueva de la Concepción y Villanueva de Tapia.
Sevilla: Aguadulce, Alcalá de Guadaira, Arahal, Badolatosa, Cabezas (Las), Cañada del Rosal, Carmona, Casariche, Corrales (Los), Cuervo (El), Dos Hermanas, Écija, Estepa, Fuentes de Andalucía, Gilena, Herrera, Lantejuela, Lebrija, Lora de Estepa, Luisiana (La), Mairena del Alcor, Marchena, Marinaleda, Martín de la Jara, Molares (Los), Morón de la Frontera, Osuna, Palacios y Villafranca (Los), Paradas, Pedrera, Puebla de Cazalla (La), Rinconada (La), Roda de Andalucía (La), Rubio (El), Saucejo (El), Utrera, Villanueva de San Juan y Viso del Alcor (El).

Consultar aquí la resolución completa.

Cerco a la plaga de conejos que arrasa la Comunidad de Madrid

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La Consejería de Medio Ambiente autoriza la caza de estos lagomorfos que destruyen los cultivos, olivos centenarios y amenazan las infraestructuras bajo las que cavan sus madrigueras y roen los cables.

Están por todas partes, en las rotondas ajardinadas, en los taludes de las carreteras, junto a las vías del AVE, en los jardines privados y hasta en el césped de los complejos de oficinas. A primera hora de la noche y casi en cualquier momento y punto de la Comunidad de Madrid, se pueden ver conejos. Muchos de ellos amanecen atropellados en los arcenes de la carretera pero su número no mengua y se han convertido en una de las plagas más peligrosas de la región.

Los primeros perjudicados son los agricultores como Fernando Alonso, de la Asociación de Agricultores de Torrejón de Velasco puesto que estos roedores se comen el cereal y prácticamente cualquier cosa. En las fincas junto a las vías del AVE en el municipio se pueden ver hasta las retamas roídas e, incluso, los pies de los olivos, que acaban secando, mordidos hasta la raíz. «Lo peor es que lo que más les gustan son los brotes y en el caso del cereal, son cultivos bianuales, a veces hay que replantar, con el coste que supone, y lo vuelven a comer todo», explica, y recuerda que desde 2006 han llegado a arrasar 1.000 hectáreas de cereal.

Pero no sólo son peligrosos para los cultivos, también lo son para las infraestructuras como las líneas del AVE o las carreteras. No suponen un daño directo para las vías, según aseguran desde Adif, pero sí para las instalaciones complementarias como la estabilidad de los taludes e, incluso, los cables de telecomunicaciones que pueden llegar a roer. También se refugian en las arquetas y llenan de agujeros la parte inferior de los vallados de los recintos protegidos.

A esto se añade que los propietarios se encuentran con el problema de que los conejos que invaden sus campos tienen las madrigueras en estos recintos cerrados, por lo que no hay posibilidad de controlar su población salvo que se obtengan los permisos necesarios. Es por ello que la Consejería de Medio Ambiente y por la magnitud que ha alcanzado el problema, autoriza su descaste, para lo cual colaboran con instituciones como Adif, cuyas zonas de seguridad se deben atravesar. Además, existe una zona denominada como Comarca Cinegética de Emergencia, que abarca los municipios de Fuenlabrada, Getafe, Leganés y Móstoles, donde está permitida la caza de este animal para evitar que haya una densidad peligrosa.

Más en: larazon.es

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